The Mystery Lights, reminiscencias ‘nuggets’ sin misterio

The Mystery Lights, reminiscencias ‘nuggets’ sin misterio

Los yanquis The Mystery Lights recalan en la siempre reconfortante Kutxa Beltza del Kafe Antzokia de Bilbao un sábado noche. No es un día cualquiera: un eclipse lunar y el cometa ‘45P’ son visibles en gran parte del mundo. Así que las expectativas son altas. La caja negra está saludablemente llena.

El cuarteto forjado en Salinas (California) y mudado a Brooklyn aparece con cuidada pose desaliñada y un buen aval como es el sello soul Daptone Records, bajo su subsidiaria rockera Wick.

Tras una intro y una jam sospecho bastante calculadas, la banda ejecuta una impecable ‘Follow Me Home’, garaje muy pop y pegadizo desde el primer acorde.

Mike Brandon, cantante y guitarra, entona una psicodelia aguda y electrizante. Y no para de dar saltitos con las piernas perfectamente juntas. De figura enjuta, sus afiladas facciones me recuerdan al malogrado actor Heath Ledger.

Imposible obviar, por cierto, la camiseta con mensaje del bajista (Alex Q Amini): Trump is my sex slave. Pronto se podrá adquirir en cualquier tienda con nombre de regaliz mítico y similares.

Atrezzo al margen, la banda juega con el cambio semibrusco de tempos, pasando de un fuzz soñoliento a la lisergia garajera más sixties. Tal es el caso de la desértica y desgarradora ‘Flowers In My Hair, Demons In My Head’, que da paso al combo ‘Too Many Girls’ y ‘Too Tough To Bear’. Servidora se queda con esta última como favorita, junto con la nada desdeñable ‘Without Me’, cuya engañosa melodía pop encierra palpitaciones taciturnas de aires irremediablemente nostálgicos.

Surf demoníaco y letras oscurantistas en ‘What Happens When You Turn The Devil Down’. Ya lo dijo la voz cantante en una reciente entrevista: “La buena música no debería echarse a perder con letras cursis”. Ned Flanders del rock n’ roll, absténganse.

Ardua tarea la de contener los ramalazos esquizofrénicos de ‘Melt’, trallazo con evidente filtro punk. Especial mención merece la versión psicótica de ‘Hey Joe’. Poseídos por un ritmo frenético y sin grandes alardes de interactuación con el público, apenas llevan media hora (intensa) de concierto (recordemos que The Mystery Lights sólo traen un LP homónimo bajo el brazo, editado el pasado año).

Más aires de surf retorcido e incluso una balada de guitarras y percusión demoledoras que según el setlist entiendo corresponde a ‘Amy’, no incluida en el álbum que nos presentan. El grupo ya tiene listas un puñado de canciones del que será su segundo álbum.

Mesurada distorsión para llevarnos a un sutil trance con ‘Candlelight’ y ‘Before My Own’, antes de desvanecer su luz garajera sin mayor misterio…

Dejan para los bises versiones atronadoras e infalibles, con un final apoteósico cortesía de Dead Moon y su resucita-muertos ‘Dead Moon Night’.

El legado reciclado de los Nuggets o grupos míticos como The Sonics es innegable en The Mystery Lights, si bien el grupo reniega de la nostalgia: “Hay que ser original”, Mike Brandon dixit.

Al salir, encuentro entre el público a Francis Díez (Doctor Deseo): “¡Los he descubierto hoy!”, comenta con entusiasmo sobre el grupo, que se dirige ahora a vender/firmar discos y merchandising. Nombra a los Fuzztones -¡ojo!-, si bien matiza: “Que (The Mystery Lights) no han inventado nada nuevo… ¡Y ni falta que hace!”.

Fotos y videos: Amaia Santana
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