En abril del año pasado Boni publicaba “Incandescente” (Warner Music) a su más de 50 primaveras, ¡quién dijo miedo!, e iniciaba en junio, en la madrileña Sala Caracol, la gira de promoción de su nuevo largo, del que nos habló con todo detalle hace un par de meses en nuestro hermano mayor Orpheo. Cabe recordar que en 1992 debutó con “Peligroso animal de compañía”.
Pero en medio de la satisfacción por alumbrar su segundo álbum en solitario, que comenzó a cimentarse en 2013 tras la disolución de Barricada, se mezclaban sentimientos contradictorios. Porque el que fuera voz, guitarra y uno de sus fundadores tenía una cierta decepción de no haber terminado la etapa anterior junto al Drogas.
Y como no hay mal que por bien venga, el músico se ha centrado en lo que tenía entre manos y ha girado durante el último año. Disco que es ahora la excusa perfecta para su desembarco por estos lares (Satélite T, 2 abril). Una oportunidad para disfrutar de su propuesta y, de paso, rememorar viejos tiempos de su estancia en Barricada.
Boni ha dado a luz un doble CD formado por 19 cortes, el primero eléctrico (‘Pruébame’, ‘Incandescente’, ‘Explosivo’, ‘Desakato’…) y el segundo acústico (‘Desde arriba’, ‘El brillo del rail’, ‘El olvido’, ‘Cierra los ojos’, tema de Barricada…). Cortes que hablan de temas, conflictos y denuncias sociales desde la óptica del rock.
Las letras han sido escritas por el propio Boni, surgidas y cocidas a fuego lento con su guitarra, a excepción de ‘Sua’, poema en euskera de Jasone Osoro, y ha contado con la voz femenina de Zuri Vidaurre en varias canciones y los arreglos de Gorka Pastor.