¡Tengo que enmendar mi error! Haré una de esas promesas para el nuevo año que casi nunca se cumplen, pero que yo espero cumplir. Descubrí a Baxter Dury con su magnífico debut del 2002, “Len Parrot’s Memorial Lift” y me gustó su estilo, su elegancia y muchas de las canciones que nos ofrecía allí. Acudí a él porque me encantaba su padre, Ian Dury. El caso es que luego sólo le escuche esporádicamente y no seguí demasiado a fondo sus discos.
Ahora sin embargo me ha llegado su quinto disco, “Prince Of Tears” (Le Label / PIAS), y lo estoy disfrutando a tope. Me gusta más y me ha cautivado aún más que lo hizo hace más de 15 años con su debut. Casualmente coincide su aparición con la reedición del fantástico debut de su padre en edición de luxe, “New Boots And Panties!!”, en cuya portada aparecía con tan solo 4 años.
Su discografía ha sido muy espaciada y hasta pasaron 6 años entre su segundo y tercer disco, el mejor recibido hasta la fecha, “Happy Soup”. Pero la acogida de este “Prince Of Tears” ha superado a todos los demás y a todas las expectativas que había. El disco es duro y vuelve a ser uno de esos habituales discos de ruptura. Y aunque hay letras duras y algunos momentos algo opresivos no estamos ante un disco de esos para cortarse las venas. Sí que empieza algo atmosférico y opresivo con el tema ‘Miami’ con ciertos aromas que se acercan a Nick Cave pero también con una narración un poco a lo Isaac Hayes. Cuenta también con varias interesantes colaboraciones vocales. La primera de ellas la pone Rose Elinor Dougall que da un toque más siniestro aún al ritmo marcial y repetitivo de ‘Porcelain’. Sigue notándose en muchos momentos que es hijo de Ian Dury hasta en la voz similar. Es el caso de ‘Mungo’ y su guapa melodía con buenos arreglos de cuerda reales en la que también brilla la voz de una Madelaine Hart, presente en bastantes temas más.
La orquesta era un deseo que tenía hace tiempo y la producción de Ash Workman (Metronomy, Christine & The Queens) la ha encajado muy bien con el sonido de la banda. ‘Listen’ parece que son dos temas en uno y comienza con el ritmo y los riffs de guitarra que tan bien utilizaba su padre. Luego la guapa melodía la vuelve a marcar con su voz la Hart. En ‘Almond milk’ quien le ayuda con la voz es Jason Williamson de los Sleaford Mods. A continuación llega una ‘Letter bomb’ pegadiza, pop y bailable con un guapo órgano brillando. El disco sigue fluyendo hasta acabar magníficamente con el single que titula el trabajo. Un excelente y melódico tema con destacados teclados y con las cuerdas de la orquesta brillando también en los momentos más melódicos. No faltan tampoco esos característicos rasgueos de guitarras con alma funk. ¡Estaría muy bien que nos lo trajera pronto por acá y mientras yo recuperaré alguno de sus discos intermedios!