Aunque su aspecto, su entusiasmo, su implicación en mil y un proyectos culturales y su filosofía “Do It Yourself” nos haga seguir viendo a Ainara leGardon como una jovencita que comienza, el caso es que lleva ya prácticamente un cuarto de siglo haciendo música como la principal de sus muchas actividades culturales.
Ha tenido que llegar a su sexto disco en solitario, y para muchos ya el mejor, para titularlo con su propio nombre y para cantar por primera vez totalmente en castellano. No ha sido algo premeditado pero Ainara ha quedado más que satisfecha, su público también y lo más normal será que siga utilizando el idioma de Cervantes en su futuro musical.
Ainara siempre ha contado con ilustres músicos colaborando en sus discos. Al comienzo, con su banda Onion y en los primeros pasos en solitario recibió el apoyo y más de Carlos Torero (Radio Futura, Espasmódicos, Coyotes). Luego fue el gran Chris Eckman de The Walkabouts, con los que llegó a tocar en directo como parte de la banda, pero también ha habido otros nombres internacionales como Joe Skyward (The Posies) el gran Jason Victor (The Dream Syndicate, Steve Wynn) o Geoff Farina (Karate, The Glorytellers) y otros más cercanos de bandas como Nisei, Audience, Dead Capo.
Ahora el hombre clave en esta hora de valentía absoluta ha sido el de Xabier Erkizia que bien pudiera haber firmado el disco junto a ella por la manera en que se ha involucrado y ha creado ideas y detalles codo con codo. Xabier fue quien le sugirió ir a su estudio sin canciones previas y sin letras elaboradas para así captar el momento y dejarse guiar por sus instintos. Algo muy difícil de hacer pero algo que le facilitó el propio Xabier con sus múltiples colaboraciones. También ayudó en este proceso que le acompañara su sección de ritmo habitual en los últimos años. Rubén Martínez (Tokyo Sex Destruction, Maika Makovski) con los bajos, y Héctor Bardisa, de Futuro Terror o Flyinpigmatanza, con batería y voces varias. También repite en el elegante art-work. Ramón M. Zabalegi y hay hasta una edición especial limitada con un póster exclusivo.
Los resultados, frescos y espontáneos, pero también algo muy satisfactorio para ella misma que está encantada con el disco y que seguro volverá a trabajar con Erkizia en un futuro. Ainara tiene su agenda vital y artística repleta. Sigue en Archipiel con Alvaro Barriuso. Trabaja en La Criatura y con el Colectivo de improvisación maDam. En las artes escénicas la obra “La Casa de la Llave” con Tanttaka Teatroa, en los montajes del artista multimedia Jaime de los Ríos y en “El fin de las Cosas” con la coreógrafa Eva Guerrero. Además sigue impartiendo cursos sobre la controvertida propiedad intelectual y hasta ha escrito un más que interesante “SGAE: El Monopolio en Decadencia” al respecto. En “Ainara LeGardon” comienza con la “suave” y experimental ‘Como lobos’. Suena más eléctrica y rabiosa en ‘La espera’. Titula con ironía, ‘Frío’, un caliente tema para luego sonar realmente fría, pero emocionante en una desoladora ‘Déjalo’ que se acerca al sadcore de Codeine o los primeros Low. También arranca enigmática y muy experimental en ‘La isla (Hasta quebrar)’, aunque luego tiene esas explosiones que siempre le han gustado y la han acercado a propuestas como la de los Swans, Thalia Zedek o el más agresivo y menos crooner, Mark Lanegan. ‘Aunque pierda’ es puro post-punk con guitarras cargadas de feedback y regresa al frió y a la tristeza, de nuevo con slow o sadcore industrial en una gélida ‘Témpano’. Además tiene la valentía de acabar esta hora sincera y hasta incómoda por momentos con una agotadora ‘Agota’ que supera el cuarto de hora y en la que regresa al folk, pero entendido a su manera, también con sus arrebatos a la guitarra eléctrica. ¡Paso de gigante que le ha llevado a muchas de las más prestigiosas listas con lo mejor del año!