Los Secretos pasaron ayer por Bilbao dentro de su gira aniversario “Una vida a tu lado”. No sabe un servidor si una vida pero 40 años sobre los escenarios, de eso, no hay duda. Cuatro décadas de canciones que se han convertido en himnos de una generación. O de varias porque visto lo de ayer en el Euskalduna uno duda. Casi sold out con un público de diferentes edades. Destacaba la gente muy joven que cantaba incluso las canciones más antiguas. Cuatro décadas de carrera en las que Álvaro Urquijo(voz, guitarras), Ramón Arroyo(guitarras), Jesús Redondo(teclados), JuanjoRamos(bajo) y Santi Fernández(batería) han sabido mantenerse fieles a un estilo. Incluso han superado momentos complicados como fue la desaparición del líder de la banda, Enrique Urquijo.
Los Secretos siempre han entendido a su público. Y es que como dijo Álvaro en los primeros compases del concierto “Eskerrik asko, sin vosotros (refiriéndose al público) no existiríamos”. Fueron las primeras palabras de la banda que ya había interpretado tres temas; “Solo ha sido un sueño” (1996), “Volver a ser un niño” (1988) y “Que solo estás” (1989). Los banda madrileña sabe que tocar en Bilbao es como tocar en casa. Esta vez no iba a ser menos. No perdió la oportunidad de saludar a sus primos de Bilbao a los que concierto tras concierto en el botxo (o proximidades) siempre saluda. Tras “Dos caras distintas” (1995) Álvaro explica que el repertorio lo han planificado en base a las canciones que sus fans escuchan en las plataformas digitales. Es difícil no acertar con el set list cuando son los seguidores los que lo seleccionan. Todo un detalle.
Nostalgia. Quizás esa sea la sensación que iba quedando en los presentes según sonaban los temas. Estos se acompañaban de unas proyecciones que nos hacía regresar décadas atrás. Imágenes de la banda desde sus inicios, de Álvaro y Enrique de niños, de actuaciones, portadas de los discos, de ese Enrique melancólico de mirada profunda. “No sé si se acuerda” (1987), “Y no amanece” (1991) , “Cada vez que tú me miras” (2002) y “Soy como dos” (1989) nos siguieron recordando la historia de grupo.
“No imagino” (1983), “Buena chica” (1987) y “Aunque tú no o sepas” (1998). Antes de esta última la banda hace la primera referencia explícita a Enrique; “sigue con nosotros y en ningún concierto nos olvidamos de él”. La citada nostalgia va en aumento y más cuando Álvaro explica que interpretarán algunos de los temas favoritos de su hermano. Continúan con “Hoy la vi” (2000) y “Trenes perdidos” (2012).
Nueva dosis de nostalgia con la mención al maestro Sabina quien ahora no está pasando por su mejor momento. Interpretan “Por el túnel” (1987), “Porel boulevard de los sueños rotos” (1998) y “Ojos de gata” (1999), temas que sirven para recordar la amistad entre el de Úbeda y los Urquijo. Una unión que les permitía a Enrique y Joaquín componer juntos una misma canción con diferente letra y realizar versiones de algunos de sus temas. En esta parte del concierto también sonaron “Échame a mí la culpa” (2015), “Quiero beber hasta perder el control” (1986) y “Cambio de planes” (1993).
El sonido de todo el concierto impecable y eso que no tiene que ser fácil cambiar tanto de instrumento. Aproximadamente contamos unas diez guitarras diferentes. Cada cual más bonita y en la que destacaba la que presentó Álvaro. Una Höfner con cincuenta años en sus cuerdas. La misma que apareció en la portada del primer disco de la banda. Siguieron con “Ponte en la fila” (2015) e imágenes del videoclip interpretado por Jorge Sanz y “Frío” (1991).
Como no podía ser de otra manera, con las notas de “Te he echado de menos hoy” (2000) la gente puesta de pie coreó la letra de este sentido homenaje a Enrique Urquijo. “Buscando” (1991), “Gracias por elegirme” (2002) y “Ojos de perdida” (1980) no faltaron tampoco en el populista set list. Antes de los bises interpretaron dos de los éxitos claves de la banda; “Sobre un vidrio mojado” (1980) y “Déjame”, tema del mismo año que la anterior.
Tras poco más de dos minutos fuera de escena y tras los gritos de “beste bat” y los ”oeoeoeoe” la banda vuelve a escena para llevar el concierto a lo más alto. Y es que en primer lugar sonó “Pero a tu lado” (1995). Le siguieron “Agárrate a mí María” (1996) y “La calle del olvido” (1989). Cerraron con otro clásico aunque no muy habitual en sus conciertos; “Otra tarde” (1980). No podían despedirse con otro tema que no fuera de su primer disco. Un repaso a cuarenta años de carrera en una especie de cuenta atrás que empieza y acaba en el mismo punto.
Un muy buen concierto. De lo mejor que un servidor ha visto de Los Secretos y han sido no pocas veces. Algo más de dos horas en los que cayeron 31 temas encadenados. Un repaso a toda una vida. Un directo que plasma a la perfección el triple trabajo aniversario “Una vida a tu lado” y el documental grabado a tal efecto. Buena música y cuarenta años de nostalgia.