Fotografía: Iñigo PasBas / Ainhoa Uri
El pasado fin de semana la Plaza de la Estación de Getxo acogió la primera edición del Getxo Sound Fest. Dos días en los que unas 4000 personas pasaron por la gran carpa instalada y disfrutaron de un total de nueve bandas. Cinco de los grupos eran locales y representativos del denominado Getxo Sound. Los cabezas de cartel, Viva Suecia, La Moda e Iván Ferreiro, cumplieron con las expectativas, sobre todo en el caso del gallego.
Aunque siempre se pueden mejorar cosas hay que decir que la organización fue buena y no hubo problemas. No hubo masificación y sí mucha puntualidad. Solamente en la segunda jornada, previendo que iba a haber mucha más gente, se cambió el punto de acceso y se amplió la terraza. Un acierto sin duda. Uno de los puntos fuertes es que el reciento estaba muy bien comunicado (metro, Puente colgante,…). Resultó un festival muy familiar. Como punto negativo destacar que el primer día se abusó mucho del humo y eso entorpeció la labor de los fotógrafos.
La jornada inaugural del viernes registró menos público del esperado, sobre todo en los primeros conciertos. Las 17:30 de un día laborable impidió que mucha gente llegará para disfrutar de El Inquilino Comunista. El mítico grupo de Getxo fue el encargado de abrir el festival. No podían ser otros. Si hablamos de Getxo Sound ellos deben estar ahí. Arrancaron con fuerza y demostrando que se ha habían puesto en forma para la ocasión.
Les siguieron Los Brazos. Aunque también de Getxo bien podía venir del mismo Mississippi. Ofrecieron su rock americano potente y que pedía a gritos más gente y un espació mayor. Dead Bronco volvió a cautivar al personal con su hillbilly. Después llegó el turno de los murcianos Viva Suecia. Un EP y dos álbumes avalan a esta formación que con su último trabajo, “Otros Principios Fundamentales” (Subterfuge), ha conseguido posicionarse como uno de los grupos indie del momento. Sin duda deberían haber cerrado la primera jornada pero esa función recayó en los burgaleses de La Moda.
Tengo que reconocer que no son santos de mi devoción pero hay que reconocer que pusieron patas arriba la carpa getxotarra. No me gusta ni su estilismo (todos con camisetas de tirantes blancas ) ni su puesta en escena (poco naturales en cuanto a moverse en el escenario) pero la gente bailó y disfrutó con ellos. Y es que algo deben de tener puesto que han estado en casi todos los festivales veraniegos.
La Maravillosa Orquesta del Alcohol, que ese es su nombre completo, ofrecieron hora y media de concierto con un set list de 22 temas. Repasaron sus tres álbumes “¿Quién nos va a salvar?” (2013), “La primavera del invierno” (2015) y “Salvavida (de las balas perdidas)” (2017). Folk rock con tintes country y en ocasiones rockabilly que hicieron saltar a todo el mundo y sobre todo a la chavalería que se encontraba en la zona delantera.
La segunda jornada era a priori la más atractiva en cuanto a nombres y la afluencia de gente aumentó considerablemente. Hubo quienes disfrutaron del empate del Athletic en Barcelona y llegaron con el primer concierto empezado. Aún así, cuando McEnroe salió a escena el ambiente era muy bueno. Y es que Ricardo Lezón y compañía atrajeron a mucho fan de la banda de Getxo y eso es de agradecer. Ofrecieron un repertorio de 45 minutos en los que repasaron algunos de sus temas. Incluso fue el único grupo que se permitió hacer bises. Como siempre profesionalidad absoluta sobre el escenario.
La siguiente banda en subir a escena fue Tulsa. Un servidor tenía muy buenas referencias de la banda liderada por la guipuzcoana Miren Iza y en el Getxo Sound Fest lo pude comprobar. Expresividad máxima sobre el escenario y energía a raudales. Unos músicos de diez entre los que destaca Charlie Bautista (¿hay algún instrumento que este hombre no toque?) que ha colaborado con músicos de la talla de Xoel López o Ivan Ferreiro (con el que salió a tocar un tema durante el concierto del gallego). La música de Tulsa ha cambiado respecto a anteriores trabajos. Ha pasado de una languidez fantasmal a unos temas enérgicos y viscerales. Su último disco “Centauros” (Intromúsica Records) de lujo y el sábado pudimos disfrutarlo junto a otros temas de anteriores trabajos. Una pena que solamente haya podido utilizar una imagen mía obtenida con el móvil para reflejar la actuación de Tulsa.
Otra de las sorpresas de la noche fue Smile. Era la primera vez que los veía en directo y la verdad que me parecieron un grupo de calidad y a la vez muy divertido. Si no los conoces, apunta bien el nombre: Smile. Son de Getxo y hacen pop, rock e incluso neofolk. Todo ello con un buen rollo y un perfecto acento británico. Y es que el cantante, John Franks, es inglés. Empezaron el concierto con la intro de Verano Azul y la terminaron con “El final del verano” del Dúo Dinámico. Por no hablar de las dos sombrillas que presidían el escenario y que varias voluntarias que subieron a bailar un tema utilizaron como estandarte. Un buen bolo el de Smile que se permitió grabar un videoclip.
Y llegaba la hora del más esperado; Iván Ferreiro. El gallego triunfa allá por donde va y Getxo no iba a ser menos. Acompañado por su habitual banda salvo Ricky Falkner ofreció 90 minutos de repertorio en el que no se echo en falta nada. Fueron cayendo tema tras tema que la gente coreaba. Ferreiro es capaz de hacer cantar y bailar al respetable pero también de hacer enmudecer a la sala con las teclas de su piano. Y es que este artista impone respeto solo con su presencia. Siempre he pensado que romper el hielo para meterte al público en el bolsillo es uno de los papeles más complicados que tiene un artista, pero el sábado Iván Ferreiro lo volvió a hacer con gran maestría.
Sonaron “Casa”, “Tupolev”, “Pajaro azul”, “La otra mitad” y “Extrema pobreza”. El ambiente iba en crescendo a medida que Ferreiro iba desgranando sus canciones. “El viaje del chihiro”, “NYC”, “Pensamiento circular” y “El viaje a Dondenosabidusientan”. Estaba claro que mucha gente había acudido para disfrutar de su concierto y eso se notaba en que la gente no paraba de cantar cada uno de sus temas. “Años 80” fue uno de los más coreados (incluso Smile se marcaron el estribillo de este tema antes de finalizar su concierto). Le siguieron “El equilibrio es imposible”, “Farsante” (con Ferreiro al piano), “Promesas que no valen nada” y “M” que según explicó el artista “una chica nos la ha pedido y aunque no estaba prevista la vamos a tocar.
La recta final del concierto empezó con “El dormilón”. Después sonó “Cómo conocí a vuestra madre” para terminar como viene siendo habitual con la gran “Turnedo”.
Sin duda, el de Iván Ferreiro fue el concierto más destacable de esta primera edición de Getxo Sound Fest. Pero no seriamos justos si no dijéramos que el plantel de artistas ha sido muy bueno. Un reto a superar el próximo año.