Fotografía: Iñigo PasBas
Ayer Bilbao fue escenario de uno los conciertos que más expectativas había levantado dentro de la MTV Music Week. Venidos desde Granada y siendo una de las bandas más representativas del indie estatal llegaban Lori Meyers. Un concierto que congregó a una multitud con ganas de disfrutar. Sin embargo hubo un número importante de personas que a pesar de tener invitación no pudo acceder al Kafe Antzokia.
Según las fuentes consultadas, hay que dejar claro desde el principio que ni el grupo ni el Antzoki tuvieron responsabilidad alguna en lo ocurrido. El concierto se enmarcaba dentro de los Vodafone Music Shows. Para este concierto era necesario hacerse con una de las invitaciones que la citada compañía se encargó de distribuir. Ayer, cuando aún faltaba una hora para la apertura de puertas, unas doscientas personas hacían ya cola para acceder al recinto. La sorpresa y el enfado surgió cuando se colocaron varios carteles en las puertas indicando que las invitaciones eran válidas pero hasta completar aforo. Ahí surgieron los enfados y los nervios de quienes veían peligrar su asistencia al concierto.
Y lo que no tenía que ocurrir ocurrió. Más de un centenar de personas (más según algunos afectados) se quedaron en la calle. El aforo del Antzoki llego a sus 720 asistentes y no se permitió entrar a nadie más. Los que pudimos asistir tuvimos que aguantar las idas y venidas de algún fotógrafo no habitual que, además de hacer su trabajo, molestó más de la cuenta. Si ha eso le añadimos el espacio que fue habilitado como VIP (en el que la gente estaba a otra cosa) y las zonas ocupadas con cámaras para grabar el evento la cosa ya pasó de castaño a oscuro. Esperamos que los responsables del desaguisado den la cara y pidan disculpas porque sinceramente fue algo inaceptable.
Menos mal que allí estaban Lori Meyers que centraron, como no podía ser de otra manera, todos los focos de atención.Hace varias fechas que les entrevistamos como previo a este concierto (entrevista aquí). Presentaban su último trabajo “20 años, 21 canciones”. Un disco conmemorativo en el que la responsabilidad de elegir los temas recayó en personas relacionadas con la banda, la cultura y la música. Un escenario sobrecargado en exceso (instrumentos, bafles, pantallas, publicidad,..) nos daba la bienvenida. Un público que aguantó sin demasiada impaciencia la media hora de retraso con la que se inició el bolo.
A las 22:30 salían a escena Lori Meyers en formato sexteto. Las pulseras publicitarias lucían como luciérnagas variando el color y el ritmo al compás de la música marcada por los de Loja. Arrancaron como suele ser habitual con “Evolución”, toda una declaración de intenciones. Desde los primeros acordes del grupo que comandan Noni López, Alejandro Méndez y Alfredo Núñez tenían a la gente en el bolsillo. Continuaron con “Luces de neón” uno de los temas con el que más vibró el respetable.
Fueron desgranado temas de sus diferentes álbumes. Y es que dos décadas de carrera son muchos y muchas son también las canciones que pueden formar parte del set list de la banda. Sonaron “Planilandia”, “Luciérnagas y mariposas”, “Océanos”, “Sus nuevos zapatos” y “Tokio ya no nos quiere”. Esta última bautizada como el título de la novela de Ray Lóriga (muy recomendable por cierto).
El espectáculo de luz convirtió el recital de los granadinos en una experiencia visual, además de musical. Sin duda el sonido cumplió con las expectativas de un grupo con tanta experiencia en los escenarios. Lori Meyers transmitió buen rollo y dejó un buen sabor de boca con temas que alternaban un suave poso a melancolía con una energía desbordante en temas como “Pierdo el control” o “Zona de confort”.
No faltaron imprescindibles como “El tiempo pasará”, “Corazón elocuente” y “Explícame” . Y que decir de “Siempre brilla el sol”. Un tema optimista que siempre te saca una sonrisa aunque esté en el pero de tus días. A esta le siguió la siempre coreada “Emborracharme”. Si hubiese un soundtrack de borracheras, éste tema lo encabezaría; invitando a terminar ebrios de éste buen batido etílico musical.
Tras un breve descanso de tres minutos volvieron a escena para ejecutar la parte final del bolo. Los bises comenzaron con “Religión” y con la bailonga “¿Aha han vuelto?”. El indie y pop-rock de Lori Meyers llegaba a su momento más enérgico con sus dos últimas temas. “Mi realidad” y “Alta fidelidad”, dos canciones que desataban la locura de un público concierto tras concierto. Como reza el último de los temas “Todo esto es culpa de la gente…” … y por ello, Noni bajó al público entre el que cantó y bailó en comunión. Mientras se despedían sonó «Hilo de seda» de los míticos Los Pekenikes.
Sin duda alguna un concierto especial el que dieron ayer Lori Meyers. De esos que dejan huella. No sabemos si la fiesta continuó después con sabor granadino puesto que cuando abandonábamos la parte alta del Antzoki, Los Planetas con J a la cabeza, hacían acto de presencia en el local.