Me encanta la frase resumen de este esperado tercer disco de José Vera. “La clave está en el disfrute”. Cualquier seguidor de la música de calidad puede disfrutar de este disco de jazz atemporal… para bien. Al cuarteto de lujo que forma JVera Quartet se suman voces y otras colaboraciones que redondean un magnífico y muy madurado trabajo titulado “Haruki” (Errabal Jazz / Hotsak). La verdad es que el contrabajista y bajo eléctrico José Vera ya nos cautivó cuando sacó hace casi una década en este mismo sello jazz de Euskadi, un preciosista “Butterfly” que os invitamos a redescubrir.
Si te pasas por www.hotsak.com o por www.errabaljazz.com, comprobarás que junto a este veterano y experto cuarteto han llegado otras jugosas novedades. Se suman así a la escudería Errabal Jazz, con sus respectivos nuevos discos, dos de los mejores guitarristas que podrás descubrir este año. Todos aquellos que gustan de Jim Hall, Pat Metheny o John Scofield, debieran conocerlos. De hecho Matías Kaplun Quartet se hizo popular en Argentina por su tributo homenaje a Jim Hall, Hemispheres Quartet. Pero antes también estuvo en otros proyectos como el trío de funk-rock Stridentopolis o en dúos de jazz con cantantes como Emma Shaka o Bárbara Brenner en los que también surgen latidos rock o de música brasileña. Su cuarteto argentino está conformado por prestigiosos pianista, bajo y batería. Juntos logran un sonido ecléctico y muy actual con tributos a Pat Metheny como el inicial ’11 Horas en Dallas’, un tema muy vistoso y alegre que también gustará a públicos rockeros. Algo que también sucederá con los aromas entre argentinos y John Scofield de ‘Onda’. Además aires brasileños made in Jobim en ‘Desmotivado’, una impagable versión de los Beatles como ‘Can’t Buy Me Love’ o las guapas improvisaciones finales de ‘Dicho y Hecho’. ¡Nombre a seguir!
Creo que es todavía más joven Marco Martínez. Tiene una formación clásica pero también ha estudiado con Metheny o Peter Bernstein. Además es licenciado en jazz en Musikene. Había trabajado hasta ahora en Quatro Jazz Quartet, en dúo con la gran voz de Mapi Quintana o con Groove Elation, manejando ya un repertorio más eléctrico. Su sonido puede remitir a Jim Hall o John Scofield pero en este “Trío” alcanza un sonido mucho más personal. Muy bien acompañado por una consagrada sección de ritmo sudamericana. Juntos logran un sonido vanguardista y muy actual a base de 10 temas propios y un único standard. Un ‘Alone Togther’ de Arthur Schwartz muy bien resuelto. Hay buenos espacios también para su guitarra acústica como ‘Por Su Sonrisa’ o el breve pero precioso final de ‘Silvia’. También tenemos sonidos clásicos jazz en la apacible y mágica ‘Pasearemos Bajo la Lluvia’ que a mí me recuerda algo hasta a Wes Montgomery. ¡Para degustarlo con mucha calma!
Pero queremos profundizar un poco más en “Haruki”. Ya habíamos hablado de la gran compañía de Vera, ya que completan el cuarteto Jacob Sureda con el piano y el Rhodes, el cubano Ariel Brínguez con saxos y voz y Andrés Litwin en la batería y percusiones. Desde Errabal nos hablan de pasión por Herbie Hancock, Wayne Shorter o Eric Dolphy. También por la bossa nova de Jobim o Vinicius o por la época dorada del sello Blue Note.
Abren el disco con ‘Impulso’ en el que navegan por diferentes estilos con clase y en el que emocionan cuando entra la voz de Fito Robles (Siloé). Su pasión por Haydn y los sonidos clásicos se aprecian muy bien en el tema titular. En ‘Blues for Jacob’ tenemos estacando el piano de Jacob, pero también se sale la trompeta casi be bop de Raynald Colom. ‘Sol Camp’ es un genial duelo entre el contrabajo de Vera y el saxo soprano de Brínguez. ‘Agosto’ es una apasionante balada que es puro John Coltrane y los aromas brasileños son deliciosos en una ‘Cançao de Satina’ con la gran voz de Ángela Cervantes. Fusiones electrónicas y tribales en ‘Món Bè’ y buena voz de Mónica Benito para ‘Bamako’. Luego está el sorprendente final con el ‘Sometimes Snow in April’ de Prince en el que la experimentación hace que el bajo suene casi como Ry Cooder con su guitarra. ¡Si que les gustaría hasta a Kafka o Murakami este precioso y preciso disco!