En las últimas décadas la dicotomía entre rock y electrónica ha ido en aumento. Una discusión entre los que defienden lo que se supone puro y los que optan por sonidos, supuestamente también, más artificiales. Muchas son las voces que aseguran que la llegada del sintetizador supuso abrir la puerta a otros estilos y sonidos que se alejaban de los cánones rockeros establecidos. Ayer en la Kutxa Beltza del Kafe Antzokia tuvimos la suerte de disfrutar de dos proyectos que se basan en buena parte en la electrónica; Verde Prato y The First Girl On The Moon. En el caso de los segundos quedó claro que esto no es un conmigo o sin mí. Se puede disfrutar del rock dotándole a este de una base basada en samples y sintetizadores.
Aunque se esperaba más público la entrada no fue del todo mala. Nadie quería perderse el estreno de The First Girl On The Moon, el nuevo proyecto de Juancar Parlange (Bonzos, Los Clavos,…) y de Eneko Cepeda (Cavaliere,…). Pudimos verles en la primera jornada del BIME pero ayer se presentaban ante su público. Por el Antxiki pasaron Javier Corral y Oscar Cubillo, Martín (productor del disco) y Conni de Capsula, Aiora Renteria e Iñaki Imaz de Zea Mays. No faltaron miembros del equipo del sello Oso Polita como Amaia Santana. No faltaron tampoco Alvaro Segovia (Cavaliere, ex Bonzos) y Jorge Hernández (Bonzos, Los Clavos…).
La encargada de abrir la noche era Ana Arsuaga con su proyecto Verde Prato. La tolosarra ya está curtida en lindes musicales puesto que es componente de la banda Serpiente y de la ya disuelta (ayer me enteré) Mazmorra. Presentó temas a partir de un teclado y su voz. Composiciones propias que parten del folklore local regadas por sonidos electrónicos.
Sorprendió esa unión entre la melodía y las palabras a través del canto. Supo captar el interés de los asistentes. De hecho es raro poder disfrutar de una actuación con el público en silencio. Así pudimos disfrutar de “Amaren kanta”, “Aitaren kanta” y “Anaiaren kanta”. Minimalismo acompañado de palmas, tarareos, silbidos y lamentos. Se atrevió con una canción a capela interpretada desde el borde del escenario. Sorprendió el tema “Neskaren kanta”. Una composición con tintes latinos que cerró la actuación. Una propuesta experimental con tintes que van desde la sensualidad al puro dramatismo.
Llegaba el momento de The First Girl On The Moon. Con algo de retraso apareció el dúo sobre el escenario. Fue un concierto breve que se basó, como no podía ser de otra manera, en este primer trabajo, “Scars”. Tampoco sonaron todos los temas pero sirvió para hacerse una idea de lo que estos músicos ofrecen en esta nueva aventura emprendida.
Sonido post punk minimalista como la de hace tiempo. Con toques que nos traen a Suicide, Neu e incluso a Depeche Mode, al klax y a klaut Sin duda algo que choca con lo que nos tienen acostumbrados en Bonzos. Y es que Juancar Parlange y Eneko Cepeda nos tienen acostumbrados a diferentes género y estilos. Seguramente consecuencia de la diferencia generacional. Algo positivo si se tiene en cuenta que se puede sonar a rock primitivo y a la electrónica más actual.
Presumen de influencias que van de Entr Howlin’ Wolf, Can, Jim Thompson, Neu!, Unidad Malevich, Fritz Lang y Dashiell Hammett. Como ellos mismos aseguran, “todo sonido puede ser música en función de cómo se mire”.