Alfredo Niharra, oriundo de Getxo, es uno de esos músicos que decide esparcir su talento a lo largo de diferentes bandas y/o proyectos (entre los que destacan Tulsa o The Fakeband) pero también mantener su propio reducto en el que poder expresarse de manera más personal. Ese “hogar” lleva el nombre de Lee Perk, banda que acaba de editar su nuevo disco, de desafiante título, “All In”, y en el que se dan cita buena parte de las influencias que han constituido su personalidad: sonidos clásicos que van desde los ritmos negros al rock and roll, el pop o la psicodelia. Antes de la presentación de dicho trabajo en La Ribera bilbaína el jueves 21 de abril, nos preparamos conociendo de primera mano las impresiones de su propio autor….
“All In” es tu nuevo disco con Lee Perk, uno de los muchos proyectos en los que participas pero el que sin duda se muestra como tu expresión más personal…
Absolutamente personal. Normalmente grabo yo solo lo que voy componiendo en casa. Luego, si necesita más instrumentación cuento con colaboraciones de lujo como Natxo Beltrán o Juan López, con los que luego toco en directo con el nombre de Lee Perk Trio. Ha habido también otras colaboraciones en mis discos y todas de grandes músicos y amigos: Miren Iza, Charlie Bautista, Miguel Guzmán, Txomin Guzmán, Gabriel Marijuan, etc etc etc.
A pesar de que la base sonora de Lee Perk la forman influencias clásicas no parece que se trate solo de una cuestión únicamente revivalista sino más bien de mostrar todo eso bajo una forma personal y actualizada.
Supongo que tienes razón, y esto es así porque no analizo lo que voy haciendo y no tengo una visión premeditada del resultado que quiero. La canción se crea con la guitarra o con el piano y luego la voy armando y construyendo. Al final queda como queda, según el punto que me dé en cada momento de mi vida. Pero desde luego que mis gustos clásicos se reflejan muchísimo.
“All In” es un expresión relacionada con el poker y que supone apostarlo todo, si además observamos que en el álbum hay una idea recurrente acerca de aprovechar el momento, creer en uno mismo y tirar hacia delante, ¿estamos ante un trabajo dedicado a remarcar ese aspecto?
No de manera consciente, pero supongo que puedes tener razón. Lo que sí es seguro es que la sensación que tengo es de que he puesto toda la carne en el asador y he invertido mucho tiempo y dedicación. Más que nunca.
Siguiendo de alguna manera con el poker, hay en el disco un ambiente oscuro, humeante, que casi lo emparenta con el de una timba, ¿ha habido un empeño en transmitir esa tipo de sonoridad?
No ha habido un trabajo específico, pero parece que ese ambiente de la timba de poker del artwork del disco funciona bien con el ambiente de las canciones, es verdad. No con todas, pero sí con muchas de ellas. Una gran portada de Naiara Goikoetxea, por cierto, ¿eh?
Abres el disco con “Cadillacs, Buicks”, lo que parece toda una declaración de intenciones acerca de apostar claramente por el rock and roll en toda su extensión.
Efectivamente. Me declaro un pirado por los sonidos de los 50 y los 60.La labor arqueológica de descubrir cosas nuevas de ese periodo solo te dan satisfacciones que parecen inagotables. El rock es algo que te mantiene vivo. Escuchar discos me apasiona y las imágenes tan evocadoras de los 50 con esos grandes coches, James Dean, Eddie Cochran, los teddy boys en Reino Unido recogiendo el testigo…Me encanta todo eso.
También nos encontramos con dos versiones, por un lado la más habitual “Peggy Sue” de Buddy Holly, que sueles realizar en directo, y la otra más llamativa, “If You Love Me Baby”, de la colaboración entre Tony Sheridan y los Beatles.
Meter versiones en un disco parece que ya no es tan popular, pero creo que para que el rock permanezca vivo hay que recordar a los fans de dónde viene todo. Y yo, en mi caso, con los discos de los Beatles descubrí que había algo más antes que ellos a través de sus versiones (de Little Richard, Carl Perkins..) . Aportar versiones enriquece el resultado. Abusar de las versiones ya me parece más aburrido, pero un par de ellas está bien.
Siguiendo con los de Liverpool, son una influencia clara en tu música y este disco no es una excepción, ya que dejan su variado rastro en diferentes canciones que pueden ir de “Please Take Care”, “Philosopher Stone” a incluso “Tras la publicidad”. Al final es inevitable su presencia…
The Beatles es una gran influencia para mí y un pozo inagotable de inspiración. Caer en la copia y el cliché es algo que intento evitar si no quiero parecer un grupo como The Rutles. Aunque cuando eso ocurre también me divierte. Afortunadamente casi siempre consigo algo con mi propio estilo. A ratos sí que hay homenajes evidentes.
Deteniéndome en la canción “Tras la publicidad”, realizas una ácida visión sobre el exceso de morbo y búsqueda del espectáculo en la información, ¿algo de eso también sería aplicable al entorno musical?
Sí es aplicable al entorno musical, cada vez prima más la inmediatez, el sensacionalismo y el marketing. La música como forma de expresión y de arte queda en un segundo plano, por lo menos en los canales de información mayoritarios. Por suerte hay medios underground, y con Internet cada día más.
Viendo los créditos, se observa que la división realizada en dos caras del disco está basada en las grabadas mayormente en grupo y en directo por un lado y aquellas más trabajadas de forma individual por tu parte. ¿Es una división premeditada?
La verdad es que empecé a grabar cosas en el estudio de mi casa y pensé que iba a hacer un álbum triple. Empecé a descartar y se quedó en uno. Sabia decisión, no hay que torturar a la gente con tus maquetitas, como Calamaro, (risas), véase el “Salmón”. Luego tuvimos la posibilidad de grabar un ensayo en directo y pensamos en meterlo en el disco. Al planear el orden de las canciones pensé que estaría bien una cara que fuera en directo y la otra canciones de estudio. Como ves, sí, todo está bastante pensado.
Alternas la escritura de letras en inglés y castellano, ¿la decisión de utilizar un idioma u otro tiene algo que ver con la temática que aborda la canción?
Yo empecé escribiendo en castellano. Mi primera canción la escribí a los 13 años y se llamaba «Extraños en la noche», ¿te suena?, aunque en realidad ni siquiera conocía a Frank Sinatra. Luego empecé con el inglés y no paré hasta el año 2000 aproximadamente. Volví al castellano para a finales de década regresar al inglés. No sé…son puntos que me dan. Según lo que me apetezca. Hace un par de años volví otra vez al castellano y entonces este disco me ha cogido en medio de la transición. Las canciones que son en castellano son las más nuevas y de momento voy a seguir un tiempo más escribiendo así.
Aunque perteneces a los relativamente veteranos de la escena de Getxo, parece que el “microclima” de dicha localidad no decae y sigue siendo propicio para la ebullición de bandas, ¿lo ves así?
Todos los músicos que de repente surgimos en los 90 en Getxo hemos demostrado que lo llevamos muy dentro y casi todos seguimos a día de hoy haciendo un montón de cosas. Creo que todos hemos mejorado muchísimo y conciertos-reunión como la que hicimos en Enero en el Concierto de Bangladesh en el Antzoki es una buena muestra de ello. Ese día había un montón de getxotarras en el escenario dando un muy buen nivel, además de otros de Bilbao, etc… Los discos que se están editando hoy en día, el de Still River por ejemplo que es el último que me he pillado, demuestran el nivelazo que hay.
Muchos de los músicos de Getxo se reunían en el Gran Cabo Matxitxako los domingos en unas jams brutales lo que te deja ver claro las ganas que hay de tocar. Como viene siendo habitual el ayuntamiento se lo ha cargado injustamente y no precisamente por problemas de ruido sino por temas muy oscuros que no entiendo. Como hay tantas ganas por parte de todo el mundo acabará naciendo otra iniciativa pronto, segurísimo. ¿Se la volverán a cargar?