Vhäldemar: «Straight To Hell» (Fighter Records)

Vhäldemar: «Straight To Hell» (Fighter Records)

Al visualizar una portada tan potente como la del sexto disco de estudio de Vhäldemar presientes que estas delante de un poderoso trabajo de heavy power metal old school. La virtud de dicho diseño la tiene el artista finlandés Jan ‘Örkki’ Yrlund de Darkgrove Studios (Manowar, Testament, Battle Beast, etc.). Y los culpables del sonido interior del disco son los Vhäldemar con Carlos Escudero al frente en la voz junto al tremendo guitarrista y productor, Pedro J. Monje, quién a su vez es dueño de los Chromaticity Studios, instalados en Asua (Vizcaya), lugar donde se ha producido la grabación de éste ‘Straight To Hell’. El resto de la banda esta formada por Raúl Serrano (BudaSam) en el bajo, por Jandro (Orion Child) en la batería, y por Jonkol (Orion Child, Incursed) en los teclados.

Straight To Hell’ es un disco directo a la yugular que desprende en cada surco heavy metal clásico mezclado con pequeños pasajes de power metal. Un trabajo que te recordará que regresas a la década de los ochenta y noventa donde Manowar (su principal influencia), Accept y Judas Priest reinaban en el panorama internacional del heavy metal. Pues ahora mismo nos encontramos en pleno 2020 sumidos en una pandemia global y los Vhäldemar nos alegra bastante la situación con nueve auténticos cañonazos de verdarero heavy metal.

Sin ninguna intro de por medio nos atacan directamente con la enérgica y rapidísima “My Spirit”. Una canción compuesta por un frenético riff guitarrero obra del veloz Pedro que es acompañado por el tremendo vocalista Carlos, un auténtico animal en el escenario, quién en este disco se ofrece enormemente atronador. “Death to the Wizard!” es la siguiente en sonar y aquí los teclados de Jonkol se muestran más presentes en un potente corte de puro heavy metal muy arraigado a lo escuchado en Manowar pero llevado al propio terreno de la banda. Para el siguiente tema, “Afterlife”, estos cinco guerreros del metal se adentran en los terrenos pantanosos del power metal mezclado con heavy metal, donde nuevamente los teclados de Jonkol adquieren su protagonismo junto a la incisiva guitarra del gran Pedro y de la soberbia voz de Carlos. La canción que da nombre al álbum es otra muestra de la grandeza que atesora actualmente esta banda en una composición compuesta por grandes estribillos, cabalgatas sonoras y enormes melodías de puro y auténtico heavy metal. Un corte predestinado para ser una bomba en directo. Y como viene siendo habitual en sus anteriores obras, rescatan el épico corte “Old King’s Visions” y lo actualizan a la sexta versión (VI).

En “Fear”, la canción más larga del disco, hay dos enormes sorpresas. La primera es la colaboración en el solo de guitarra del portentoso guitarra y compositor, Dann Hoyos (The Space Octopus, Rise To Fall). Mientras que la segunda sorpresa es la participación en los coros – estribillos del bajista Raúl, dando como resultado otro ejercicio sonoro de heavy metal a base de diversas embestidas y diferentes cambios de ritmo, con un espectacular Pedro en la guitarra, al igual que Carlos en la voz. “Hell Is On Fire” es quizás la canción más rockera y accesible de todo el disco. Aun así no le faltan los deslumbrantes y épicos destellos de guitarra, la portentosa sección de bajo y batería, junto a directos estribillos. Mezclando dichos elementos anteriormente mencionado obtienes otra crujiente canción que seguramente será otro torbellino en sus aplastantes conciertos a lo que nos tienen acostumbrados. Tras esta tremenda embestida llega el momento de rebajar la tensión y las revoluciones para afrontar la correspondiente balada. “When It’s All Over” es la destinada a ocupar dicho formato y realmente nos vuelve a sorprender la voz de Carlos quién se adapta al pausado ritmo que atesora dicho medio tiempo. Para después terminar por todo lo alto con la enérgica y potente “Damnation’s Here”. Otro trallazo sonoro de power metal donde toda la banda se muestra intratable demostrando en todo su conjunto que son una verdadera banda de heavy metal de la vieja escuela, destacando por encima de todos, la pegada que desprende el enorme Jandro.

Resumiendo, para que un disco te taladre el cerebro a la primera de cambio, no hace falta que dure sesenta o setenta minutos. Basta con que tarde 37 minutos para obtener en tan poco tiempo, un buen chute de heavy metal directo a las venas de cualquier amante que le apasione este fantástico género musical. Seguramente con éste ‘Straight to Hell’ de Vhäldemar obtendrás adrenalina para una larga temporada, y todo gracias a la sublime producción de todo el álbum que suena como un auténtico cañonazo. ¡¡A Muerte!!

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