¡Menudo aparato sonoro que se han montado los Gailu con este disco de choque y de combate! Un trío de kamikazes, sin guitarras, formado por Okene, Mikel y Drake. Nombres presentes en los últimos 30 años de la mejor música euskaldun y formaciones como Negu Gorriak, BAP!!!, Inoren Ero Ni o Anari por citar las más significativas. La verdad es que en el excelente catálogo Bidehuts, no hay ni un solo disco por debajo del notable en calidad musical y casi de sobresaliente en originalidad y personalidad propias.
Esa personalidad está presente en esta aventura y para conocerla así como su gestación y desarrollo viene de miedo la extensa hoja promocional que lleva la firma de un “fan” como Fermín Muguruza. Al arriesgado trío formado por bajo, batería y voz se suma la gran producción de Martxel Arkarazo y una arsenal de samplers y preproducción que se suman a los resultados. Resultados que Muguruza define como Rural Elektro-Hardcore y que también tienen definición como una nueva versión de los Bap Brains,, jugando con sus BAP!!! Y con los históricos Bad Brains. Yo ampliaría algo más su etiqueta a Euskal Urban Hardcore Elektro Hip-Hop. Al final tenemos aquí una amalgama de punk, hardcore, post-hardcore, old school hip-hop, dub poetry, spoken word, música negra, electrónica (drum&bass, jungle, trip-hop) y hasta la actualmente conocida como música urbana. Entre las referencias musicales Fermín cita a Beastie Boys, O*Ken*3, Ximorra, R.I.P., Inoren Eron Ni, Chopin, Gil Scott-Heron, Tom Waits, Richard Davis, John Lurie o Chet Baker. En las literarias tenemos a Alejandra Pizarnick, Xabier Montoia, Juan Luis Martínez, Itziar Lamuedra Calo, Gerardo Markuleta, Roberto Bolaño, Rudolph Wurlitzer, Jack Kerouac o Jim Jarmush. De hecho entre los agradecimientos de la banda tenemos a muchos de ellos como Markuleta, Waits, Benigni, Jarmusch y Lurie. Claro que entre los múltiples samplers tenemos uno del “Down By Lawn” de Jarmusch. Además Minor Threat, Carail 44, R.I.P., Familia de Medianoche, The Clash, Riff Cohen, Söndörgö, Eric Dolphy, Karen Dalton, Hugh Masekela o The Exploited.
Okene canta o narra como si el mundo se fuera a acabar mañana y lo hace desde el arranque con ‘Kalez Kale’ y su bajo brutal dirigiendo su primera arenga. Este ritmo bajo-batería nos hace acordarnos también de los potentes Royal Blood. Buen hip-hop a lo Public Enemy en ‘Baserritar Bati’ e inquietante narración a lo Gil Scott-Heron en ‘Azken Bidaia’. Hardcore-punk salvaje en los 25 segundos de ‘Zabaldu Ximorra’. Electrónica urbana del 2021 con bajo gomoso y ritmos Goldie en ‘Gaua’. Funk al estilo de los Clash de “Sandinista’ en ‘Jada Deus Ez Da’ con sampler del ‘The Magnificent Seven’, claro. Guapo estribillo con el título del disco en ‘Begiak’. Aires entre orientales, Negu Gorriak y Aztlan Undeground en ‘Horra Marrak’. Eso antes de la inquietante narración final de ‘Zikin’ con su bajo-batería casi industriales y apocalípticos hacia el final. En el guapo diseño con collage y dibujos hasta guiños a otros majaras como The Residents. ¡Bienvenidos al sonido del 2022!