Ayer jueves fue un día especial. Por fin podríamos disfrutar de un concierto de pie. Bueno, de tres para ser más exactos porque era la primera jornada del BBK Live UDAZKENA organizado por Last Tour y en el cartel estaban anunciados Venturi, Novedades Carminha y The Hives. Tres potentes directos para el regreso a la «nueva normalidad». Y la verdad que había ganas y expectación. Numerosos medios tenían las cámaras repartidas por dentro y fuera del Bilbao Arena para tomar las pulsaciones de una jornada que parecía no iba a llegar.
Abrían la noche los madrileños y jovencísimos Venturi. Nunca les había visto en directo pero las referencias eran muy buenas, así que las expectativas eran altas, a pesar del riesgo que eso conlleva. Con puntualidad apareció sobre el escenario la banda y empezó un repertorio de 45 minutos en el que entraron 13 temas y en el que batería y guitarra intercambiaron instrumentos dos veces. “Somos pocos pero sabios”, afirmó el cantante ante el escaso público del principio y que fue aumentando en número durante la actuación.
Venturi está formado por Daniel Durán (voz y bajo), Lucas Olazabal y Jonás Batuecas (guitarra y batería). En 2017 se estrenaron en el FIB después de haber ganado el concurso para bandas jóvenes Carrefest Music Talent. Su primer álbum, «Mi estúpida opinión», está plagado de temas intensos y con mucho ritmo. En el concierto de ayer me recordaron por momentos a The Strokes. Entre sus sonidos algunos temas pop, post punk y en su mayoría muy roqueros. El sonido estuvo bien aunque en algunos momentos las letras no se entendían y la guitarra sonó baja.
Después de dos primeros temas tranquilos, “Estamos vivos” (apropiado para el día en el que volvíamos los conciertos de antes) y “Mi estúpida opinión”. Tras estos avisaron: “ahora viene más rápido”. Dicho y hecho. Sonó “Woman”, una canción dedicada a la incómoda situación en la que al pedir una cerveza y un refresco, el camarero siempre pone la cerveza al hombre. Con esta canción la banda empezó con una descarga de ritmo y energía aderezada con una frescura y desparpajo que muchos quisieran.
Para hacerse una idea de lo que es capaz está banda basta citar la siguiente canción que interpretaron; “Tranquilísimo”. Sí, han leído bien. Nos ofrecieron una recientemente creada cover del tema de C. Tangana. Con “el madrileño” solo tienen en común la procedencia porque en cuanto al sonido sobran las diferencias. En esta versión eliminan el Autotune y golpean guitarra, batería y bajo como si no hubiese un mañana. Se atrevieron con un guiño a The Hives antes de que sonara “Vámonos al centro”. Siguieron con la muy rockera “¿Cuál es mi socio?” y “Bruce Banner”. “Esta canción la grabamos al principio del confinamiento”, explicaron para presentar “Autosuficiencia”, un cover del tema de Parálisis Permanente. Continuaron con “Viajo hacia el espacio” y antes de llegar el final sonó “Paro mi caballo”, quizás el tema más indie de su repertorio con unos toques de rock surfero años 60.
El concierto lo terminaron por todo lo alto con dos temas que el personal estaba esperando; “Sigo el plan” y “Darveider”. Demostración de fuerza y estilo que dejó al todavía poco público saltando como no lo hacía hace tiempo (casi dos años). Y es que como gritó Daniel, “a tomar por culo las putas sillas”. Todo un bolazo para volver a los conciertos de pie. Algunos estiramientos para resistir los tres bolos (hemos perdido la forma) y esperando a Novedades Carminha.
Y qué decir de los de Santiago de Compostela. Ya les hemos catado en varias ocasiones y la verdad es que nunca defraudan. Ayer su curraron un bolo de una hora en el que desplegaron rock, pop, salpicados con sonidos reggae, entre otros. Todo bajo un despliegue de luces que desesperaron a los fotógrafos y un potente y correcto sonido. A las dos guitarras, bajo y batería se les ha unido un percusionista que compagina a las mil maravillas con la banda y le da una mayor contundencia a la banda en directo.
Carlos Pereiro «Carlangas», Adrián Díaz Bóveda «Jarri”, Xavi G. Pereiro , Anxo Rodriguez Ferreira y el percusionsita Xoan Dominguez de Blanco Palamera recuerdan a muchas bandas; Siniestro Total, Os Resentidos, … y es que Galicia les tira. Una prueba de ello es que en el repertorio cayó el tema “A Santiago voy”, una canción de la década de los sesenta de la banda de pop gallega Los Tamara. Con “Cariñito” vemos que sus ritmos son variados. Esta cumbia fue interpretada por primera vez por la agrupación Los hijos del Sol a finales de los setenta.
Abrieron con “Volverte a ver”, la potentísima “Que Dios reparta fuerte” y “Disimulando”. Tres temas para celebrar el reencuentro con los conciertos sin sillas. “Joder un concierto como los de antes”, exclamo Carlangas. Con “Te quiero igual” y “Quiero verte bailar” dieron un salto hasta 2019. No faltó “Campeones del mundo”, canción que supuso su cima y un cambio en el estilo. En “Típica cara” preguntaron si no teníamos karaoke y es que el tema en cuestión en un homenaje a los míticos lyric vídeos de los 70 y los 80.
“La mejor de Europa” también estaba en el repertorio junto a la muy coreada “Ritmo en la sangre” a la que precedió un “se acabó la puta broma. ¿Dónde coño lleváis el ritmo?” de un Carlangas que, al igual que la banda y publico, lo estaba disfrutando. Cantaron al binomio amor – dinero en “Ya no te veo” y tocaron una “para los enamorados del Nervión”; “Chispas relax”. Siguieron con “Obsesionada”, “Hay un sitio para ti”, “Lento” y “Antigua pero moderna”. “Carallo, qué bien se está de pie”, aseguraba la banda.
Cayeron tres bises para finalizar el bolo en todo lo alto. No podía ser menos. Atacaron con “Mucho nivel”, de la que se vieron algunas camisetas entre el respetable y “Verbena”. El cierre lo abordaron con una potentísima “Dame veneno”. Si con Venturi calentamos, Novedades Carminha nos preparó para el plato fuerte de la noche que no era otro que el quintento sueco The Hives.
También era la primera vez que iba a disfrutar de The Hives y absolutamente todas las opiniones eras positivas respecto a lo que me iba a encontrar. Y así fue. A las 23:00 horas hicieron acto de presencia en el Bilbao Arena para mover a todo el personal al ritmo que marcaban las 13 canciones que, a ritmo endiablado, desarrollaron en algo más de una hora. Menos mal que Pelle (voz y super frontman) hablaba bastante ( en exceso en ocasiones), organizaba los gritos y movimientos del personal, presentaba a los músicos , se bajaba en varias ocasiones entre el público, sino el concierto hubiese terminado en menos de una hora.
Un bolo totalmente rockero impregnado de, apunten oiga, … hard rock, punk rock, garaje rock, … vamos que si algo no faltó fue ritmo. A Pelle creí entenderle un “dos años sin bailar. En España ahora es legal”. Y eso fue lo que hizo todo el mundo al compas que marcaban temas como “ Come” , con el que abrieron, “Main offender”, “Go right ahead” o “Paint a picture”. Los músicos de este país escandinavo son conocidos por la complejidad en sus composiciones, pero The Hives, los de Fagersta, no se rompen la cabeza, saben que su público quiere bailar, cantar y pasar un buen rato.
“Won´t be long”, “Good samaritan”, “Walk idiot walk”, “Two timing touch” y “My time is coming” fueron las siguientes. Para entonces uno ya estaba agotado no solamente por los dos conciertos anteriores y lo que llevábamos con The Hives, sino porque ver a Pelle agota. Y es que no para ni un momento de dar saltos, subir y bajar del escenario, de subir a un ampli, de gritar, cantar, … Estuvo como decimos muy comunicativo y simpático. Pero es que el resto del grupo no se queda atrás. Ejemplo de ello so su guitarra Nicholaus Arson y sus caras imposibles. Me di cuenta que era algo normal pero al principio pensaba que le iba a dar algo en cualquier momento.
Por si no fuera poco continuaron con “See through head” y la “Hate to say I told you so” que a la postre fue sin duda la canción que más enloqueció al Bilbao Arena. En los bises, aunque en un principio iban a ser tres temas, cayeron dos. “I´m alive” y “Tick tack boom” en el que la banda se quedó congelada cual maniquíes en un escaparate”. Hubo quien se acercó a Pelle y le estuvo contando dios sabe qué. Aguantó el cantante con simpatía a la vez que la gente aplaudía o hacia bailaban haciendo la conga. Incluso varios jugadores del Athletic no aguantaron y se lanzaron a las primeras filas.
Sin duda, el concierto de ayer fue el ideal para volver a los conciertos de pie. Las tres bandas dieron lo que la gente pedía y necesitaba. Uno se fue a casa con la sensación de que alguien gritó durante cuatro horas: “Bailad, bailad malditos”.