¡Qué sorpresa más agradable, como siempre, el regreso de nuestro gran Ruper Ordorika! Parece que todos los años tenemos noticias y discos de él, pero la verdad es que han transcurrido ya 5 años desde su último disco de estudio, el más que recomendable “Guria Ostatuan” (Elkar). Evidentemente no ha estado parado todo este tiempo y, además de seguir tocando cuando se ha podido, hace dos años nos trajo una joyita como “Kafe Antzokian” celebrando el 25 Aniversario del mítico local y los muchos conciertos celebrados allí de los que se extraen algunos de sus mejores momentos.
Por cierto que si te pasas por www.teatroarriaga.eus comprobarás que tendrá allí lugar la presentación de su regreso con grandes sorpresas. Será el día 30 de diciembre y una excelente manera de despedir el año del Arriaga, aunque tiene varios conciertos más antes y después. De paso te recomendamos encarecidamente el concierto de Jon Maia con su “Kantu Bat Gara” (Elkar) del que también tienes reseña. Será el 6 de enero y un buen regalo de reyes que seguro también contará con un sold-out total. Ya puedes moverte si no quieres quedarte sin entradas para ambos.
Se habla, con justicia, de este colorista “Amour Eta Toujours” (Elkar) como de su “Disco Cubano”. La idea surgió ya hace 12 años en una gira que hizo por Cuba. Por consejo de Ángel Katarain iba a girar de nuevo el pasado año por la isla y aprovechar para grabar con músicos de allí este nuevo, goloso y sabroso disco. En esto no llegó Fidel, pero sí llegó la pandemia y todo se truncó.
La buena solución fue grabar el disco aquí y con nombres habituales en su trayectoria como Nando de la Casa o Dani Pérez (parece el mismísimo Marc Ribot en algunos momentos del disco y en otros casi Robert Quine). Pero se necesitaban músicos cubanos para redondear las canciones que Ruper había compuesto y aquí hay varios y de los mejores. Yaroldy Abreu está genial y muy presente con las ricas percusiones. La trompeta de Eddy de Armas borda algunas notas mágicas en varios temas. Por último Lino Lores brilla sobremanera con el tres cubano, pero también está sembrado con el contrabajo y la guitarra.
El primer single, con chulo videoclip lleno de bonitas imágenes en La Habana y con sus niños bailando en las calles, ya nos lleva en vuelo rápido a la isla y se titula ‘Santa Anara’. Una preciosidad en la que destaca esa riqueza en las percusiones y el conjunto en general. ¡Claro single! Un trabajo que le ha costado mucho elaborar a Ruper pero en el que ha puesto todo su corazón y se ha metido bien en el espíritu cubano a pesar de decir que no acaba de entender cómo funciona la vida allí a pesar de haber estado más de media docena de veces. Eso sí, parece que sí ha cogido el tranquillo a sus ritmos musicales, al menos.
Pero es que además de estas joyas compuestas en los últimos tiempos también ha tenido la buena idea de recuperar algún tema antiguo. Lo ha hecho con los temas más cercanos a ese sonido cubano que quería dar al nuevo disco. Son ‘Haizea Gaizumakoa’ con esa inconfundible trompeta cubana, esas percusiones vacilonas y muy buena guitarra eléctrica también de Dani. Otra oportuna recuperación es ‘Zorioneko Molian’, apoteósico tema final que, de verdad, parece sacado del legendario “Buena Vista Social Club” que hizo Ry Cooder junto a grandes y veteranos músicos cubanos. Una vez más vuelven a dominar las buenas letras del propio Ruper. Pero una vez más recurre también para algunas de ellas a escritores “de cabecera” en su trayectoria como Joseba Sarrionaindia. Joseba firma, por ejemplo, ‘Bugainbilen Usaina’ que rula más en el estilo habitual de Ruper y tiene unas finas guitarras eléctricas de esas a lo Robert Quine (Lou Reed). También firma junto a Ruper el ‘Jendea Ilaran’ que narra una realidad habitual de la isla. Como siempre en el cuidado libreto tienes las letras en euskera, castellano y francés. Ruper firma ese estupendo primer single que abre el disco o una ‘Sidekarroan’ que también pudiera ser single y que es uno de los temas ”más cubanos”. Grandes percusiones, ese característico tres y la encantadora trompeta con sordina. También suya ‘Marianao, Euria eta Gero’ que es una de las mejores combinaciones entre su habitual sonido característico y esos toques cubanos con el tres, la letra y el cálido y rítmico estribillo. No podía faltar tampoco la perspectiva femenina de Eva Linazasoro en ‘Marieleko Bidetik’. Además, y como novedad absoluta muy relacionada con la idea del disco, tenemos una variación del tema del actor, cantante y poeta ruso Vladimir Visotsky del que descubrió sus canciones en La Habana. Se trata de ’Vladimirrena’ y otra vez destacan esas percusiones y la melodía muy bien combinadas con esa guitarra eléctrica con regusto a Marc Ribot. Ya casi antes del genial final con ‘Zorioneko Moilan’, Ruper vuelve a firmar otro tema rico en percusiones como ‘Aski Dena Buruz Gain Ipintzeko’ en la que nos habla también de las colas de la mítica heladería de La Habana, Coppelia. ¡Refrescante! Cuando leas esto será o habrá sido uno de los discos triunfadores en la Azoka de Durango junto al de Jon Maia o la reedición de Mikel Urdangarín. ¡Otro grandísimo (y muy especial en esta ocasión) disco del Ruper, y van…!