Escuchar cada nuevo disco de nuestros Travellin’ Brothers o acudir a alguno de sus especiales y cálidos conciertos es como “Regresar a Casa”, sí, haciendo alusión al título de su disco de 10 y que hace el número 10, “Coming Home”. Cercanos a cumplir las dos décadas de vida y superando los 1.200 conciertos por todo el mundo era obligado que representarán a nuestras bandas en el inminente Bilbao Blues Festival que tiene una pinta alucinante, aunque a última hora se haya caído de la lista Raimundo Amador y haya entrado en su lugar un Alejo Stivel que seguro dará un buen concierto, aunque se salga un poco más del tono general más blues del cartel con figuras como Bob Stroger, Shemekia Copeland, Ronnie Baker Brooks, Fantastic Negrito o Dana Fuchs, entre muchos más y todos ellos gratuitos y en la calle.
El turno para nuestros Travellin’ Brothers será el domingo casi a modo de fiesta final. Bien pensado pues ellos además de calidad, saben dar mucha fiesta y celebración en sus conciertos. Esta vez lo harán dando especial espacio a este calentito y destacado “Coming Home”. El disco suena como un cañón y también cálido como el hogar gracias a la grabación, mezcla y masterización el experto Mikel Azpiroz. Un Mikel que ha sido también productor junto a Alain Sancho y Aitor Cañibano. Un disco de sonido más negro que nunca y que sigue intentado y logrando combinar los sonidos de raíces con aromas mucho más actuales. Vuelve a ir mucho más allá del blues y así tenemos muchos ritmos jazz y swing, además de ese aire soul rock en voz del gran Jon.
El sexteto en este disco tan hogareño canta al amor y a la esperanza y se acuerdan de sus seres queridos porque ellos también han sufrido pérdidas en los últimos y aciagos tiempos. El precioso tema titular trata sobre una de esas personas queridas que se han ido en paz y con la conciencia tranquila de haber dado todo por sus seres más queridos. Un emotivo lento country-folk-soul que luego va trotando con auténtica y contagiosa magia. El magnífico primer single fue un alegre ‘Wonderland’. Aires soul, guapos coros, punteos y también órgano con ecos a Delbert McClinton, por ejemplo. Pero hay muchos más temas destacados en este disco grabado totalmente con sonido orgánico y con la banda tocando casi todo al unísono y como si estuvieran en uno de sus especiales conciertos. Hecho sin prisas y saliendo una vez más de su zona de confort y jugando con todas las músicas americanas de raíces, pero dotándolas de una personal y especial patina de actualidad, porque ellos viven aquí y ahora. Por eso lograron ya hace 7 años ser elegidos como “Mejor Banda Europea” en unos prestigiosos premios como el European Blues Challenge de Bruselas.
Gozaremos en su concierto, como hicimos en Gorliz hace nada, con el genial arranque del disco con un ‘Everything To Me’ repleto de coros y vientos Motown. Estribillo pegajoso y primeros punteos guapos, además del gran solo de saxo de Alain. Sigue el contagioso viaje con un ‘Movin’ On’ que incita al baile con rhythm and blues. Se sale Jon con la voz, lo mismo que sucede con los excepcionales coros de Inés y Noa, al igual que el saxo y los vientos en general. Prosiguen los títulos viajeros y que hablan claro de sus filiaciones sonoras como sucede con ‘Goddbye Lousiana’ y siguen por Nueva Orleans con el piano y el swing de ‘Someone To Love’. El blues de Chicago llega con ‘Adelene’ en la que destaca el invitado Steve Krase con la armónica. Más fiesta swing y Nueva Orleans, hasta con algún destello funk en ‘Say Yeah!’. Aquí destaca también la trompeta invitada de Javi Pérez. Gran cierre con un ‘Angel Cry’ que comienza a modo de swing lento, pero que luego se transforma en una joya cuyo estribillo, vientos y algún detalle más nos recuerda al gran Dr. John o hasta al mismísimo Tom Waits. Por mí pueden tocar el disco al completo en el Bilbao Blues Festival y luego marcarse un repaso a sus grandes temas clásicos de discos pretéritos. ¡Será un gran cierre para un prometedor festival!
