La verdad es que nuestros Discípulos de Dionisos son tan golfos y tan viciosos que también son enormemente ociosos. Es decir, que son unos vagos redomados. Por eso tardan tantos años entre disco y disco. La verdad es que así también los cogemos con más ganas cada vez que regresan. Yo los descubrí chapoteando en la piscina de “Los Enigmas De La Conducta Humana” hará unos 15 años y todavía no he conseguido entender el porqué de su errático comportamiento humano. Luego los vi hace ya más de una década por primera vez en directo junto a sus amigos Los Chicos. Ellos les dieron cobijo en su sello publicando alguno de sus mejores discos hasta la fecha.
Pero quizás hayan tocado techo con este frenético, osado y brutal «¡Apolo Debe Morir!«. Por supuesto que siguen con sus letras totalmente irreverentes y cargadas de sexo guarro y chungo (como decían los Siniestro). Con buen humor y con momentos ácidos y corrosivos. Tampoco dejan de lado ciertas críticas al estado de bienestar y a la situación actual o a esa conducta humana a la que hacían referencia en aquel trabajo.
La portada y la presentación del disco está a la altura (o a la bajura o bajeza, tampoco nos pongamos exquisitos) del contenido. Diseño a cargo de Fer Rayos X en forma de ventana cuadro a una bacanal que puedes dar la vuelta ya que la funda interior con las imprescindibles letras, la puedes introducir de un lado o del otro. La foto de portada es del gran Juxe Arteta Goñi. Además, suenan como nunca merced a la grabación, producción y mezclas de Karlos Osinaga Txap, junto a la banda. La masterización de Jonan Ordorika rubrica el resto.
Pero vayamos al tajo que hay mucho. 18 canciones que comienzan con el poema y la música medieval del tema titular. Al escuchar ‘Alijo’ ya nos damos cuenta que estamos ante una nueva orgía de sexo, drogas y punk-rock. Ideal para fans y seguidores de Porco Bravo, Nuevo Catecismo Católico, Motörhead, Negra Calavera, Zeke, Señor No, Airbag o Ramones. El trabajo de coros vuelve a ser brutal, tanto cuando están ellos solos como cuando entran los gemidos y gritos de Rebeca y Eider. Buenos ejemplos de ello son ‘Licencia de Pesca’ o esa ‘Gibson SG’ que cierra la cara A y que trae también punteos brutales. Suenan más acelerados, más crápulas, aún más punk-rock y más guitarreros en ‘Diosa del Squirtin’’. ¿Qué no sabes lo que es el Squirtin’? Pues deléitate con su letra y quédate con envidia… cochina. Supuran odio en ‘Odio a Los Chavales’ en una gran combinación entre Ramones y Beastie Boys.
Los coros son también brutales en el arranque de la cara B con ‘La Mujer Del Dr. Soler’ que finaliza con una aceleración final estilo Motörhead. Más rabia y velocidad y más aromas a Porco Bravo y los NCC en ‘Mirada Indiscreta’. Amor submarino y coros espectrales bajo guitarras hipocondríacas en ‘Peter y Margaret (La Orden Del Delfín)’. Terror de película y aromas siniestros en ‘Un Hombre Lobo Americano En Londres’. Se ponen deportistas para acabar alocadamente a toda hostia subidos en su ‘Patinete Loco’. ¡Ah, se me olvidaba! Dividen acertadamente el disco en “Lado Apolíneo” y “Lado Dionisiaco”. Jolmes, Sifredi, Spartakus y Stagliano siguen en forma y con ganas de darnos por el ano. ¿Cuándo y dónde decís que tocan?