Crónica recibida desde la Oficina de Comunicación del Ayuntamiento de Bilbao.
Texto: Michel Goiri
Fotografía: Jon Goikuria
La ironía, el sarcasmo y la sátirason los tres puntos que mejor definen al rapero bilbaíno XATIRO. Es capaz de rapear y cantar sobre ritmos e instrumentos que abarcan el rap más clásico, el Rock, el Indie o la música electrónica. Utilizando el Euskera y el Castellano para expresarse de un modo introspectivo, habla de lo que siente sin dejar de lado la crítica social. Además, su fuerte vínculo con el cine (realiza sus propios videoclips merced a sus estudios audiovisuales), literatura y cómics hacen que referencie continuamente a numerosos autores de la cultura popular. Cuentacondos trabajos editados (“Xatirokeriak” en 2016 y“Cassiopeia” en 2020) y más de seis singles, que conformarán un nuevo álbum que verála luz a finales de octubre.
Sus directos son shows donde el humor y los visuales forman parte de una puesta de escena muy trabajada, imposible de realizarse sin su habitual equipo de colaboradores músicos y artistas.Y así,se presentaron en Bilborock, una cita esperada por much@s queyaestuvieron en la edición de 2018. Entonces comentamos que no estuvo a la altura de las expectativas… porquelas superócon creces. ¿Y ahora? Se volvió a salir, para qué negarlo.
Ya desde el provocador saludo inicial (“¡Buenas noches Donosti, somos Esne Beltza!”) y comenzando con su “Himno de Bilbao”(acompañados por un Deadpool portando unacruz en memoria del Rap para empezar dando fuerte, como el mercenario desfigurado) el trío estaba conjurado para sacudirsin descanso en un concierto que se fue más allá deltiempo establecido, superando lahora, el más largo del último lustro haciendo memoria rápida (el público, unas decenas más que en el anterior concierto, no se quería ir y recibió un bis, muy caro de ver en La Muestra).
¿Qué podemos decir del repertorio? Qué solo sonaron cuatro temas de aquella cita de hacecinco años, lo cual es una cartade presentación de trabajo y más trabajo, algo complicado en vista del desalentador panorama para tocar en directo a lo largo del año.
“Xatirokeriak”sigue siendo un temazo y “Como Deadpool”es nuestra debilidad (esta vez fueron dos los impersonators del mercenario bocazas, si Public Enemy tiene su Security of the First Worldy Def Con Dos su Escuadrón de las Sombras, ¿por qué Xátiro no iba a tener a sus guardaespaldas?). ¿Más momentos de subidón? “Carrie White”, “Agobiadísimo” y la obra maestra para los amantes del cine que es “No me apetece salir”(cojan la letra y flipen con la avalancha de referencias apabullantes al séptimo arte, y Xátiro tirando de armónica).
Nivelazo en “Gure sorgundea” (con la colaboración de Arrano Pertxa –Urko, de Cártel Filarmónico-),“Turista Jauna”yla clásica y carismática “Matematiken Aurko Taldea (MAT)”.Conla intensa “Joko bat” pusieron a bailar al público, ávido de diversión e implicación con los artistas. Dos temazos para finalizar, “Beldurrik gabe” y el bis, “Nire basoan”.Y estas tres canciones, con un trasfondo de positivismo que te obliga a escucharlos casi en bucle, fueron el mejor cierre para un concierto en el que la duda radica en quién lo disfrutó más, los que estaban sobre las tablas o l@s que estaban enfrente. Sólo Deadpool tiene la respuesta.Lo único seguro es que Xatiro está ‘in da house’en La Muestra. Nose discute. Lo merece por grande.
CÁRTEL FILARMÓNICO surge de la unión de dos raperos bilbaínos de holgada trayectoria en los escenarios locales, como son Jon Santa Olalla y Urko González. Curtidos en proyectos como Fenómenos de la Naturaleza, La Medizinah o Arrano Pertxa eta Lengu Iluna. Estos dos miembros del “Colectivo 108” crearon este nuevo proyecto en 2022 y en julio de ese mismo año publicaron su primer EP titulado «First transa». Tras su publicación han estado tocando en directo en varias ocasiones por Bizkaia y en Burgos. Actualmente se encuentran ultimando su siguiente trabajo, que llevarácomo título «La entrega».
Cártel Filarmónico es un grupo de rap potente con un mensaje positivo, pero a la vez directo de lacalley con unas bases relajadas que contrastan con la voz dura y rasgada de los dos cantantes.Y con ellos se abrió la jornada de conciertos del lunes en Bilborock. Cada año se intenta que el Hip Hop y el Rap tengan su espacio, sabedores/asde que en lasescenasbilbaína y bizkaitarra, quizáno estén tan expandidoscomo otros estilos pero sí que poseenun concentrado nivel de calidad e implicación. Cártel Filarmónico son nuevos como grupo pero veteranos en cuanto a su actividad. No en vano ya conocían lo quees tocar en la Muestra con otras denominaciones.
Y lo dejaron claro con su presencia sobre las tablas. Tres hombresllenándolo todo, con una presencia escénica dominante y con una actitud con un punto macarra líricamente hablandopero con un fondo de buscar algo más allá de lo que pasa en la calle. Y ojo, comenzando con un tema, “No name”, que evocaba otra Aste Nagusia, ahora que hace cuarenta años de aquella riada infernal. Eran otros tiempos, otras calles (“Los años de plomo, coches zeta quemados…”) y otra rabia, bueno,quizás la misma pero focalizada de otra manera.
Que un grupo con una lírica tan trabajada busque referencias en épocas pretéritas es un punto a favor. Con “Canelo Álvarez” y “Puñales” (con seguridadnadie en toda Europa estabacitando enese momento a Falconetti, posiblementeel malo más malo de la televisión setentera, en “Hombre rico, hombre pobre”…y de esa diferenciase rapea, ¿no?)mostraban lecciones de calle antes de “El kilo”, primicia escucharlo pues formará parte de su próximo trabajo, “La entrega”.
Las “Citaciones” (judiciales, en los juzgados 3, 6, 10) seguían escarbando en esa vida que existe pero que parte de la ciudadaníano quiere ver. Las voces rasgadas de ambos recordaban a Jarfaiter, otro trovador callejero aunque de otro palo, mientras que tanto Toto Rhina como Urko González saben lo que son las calles de la Villa. Y como ellos, sus dos invitados, Suprah (invitado en “El extranjero”, gran tema con un trasfondo triste como real, y en “Deberes para el lunes”, coreada por el público, centenar y medio aproximadamente)y E.P. Murcy (colaborando en “Ratas”). Con “Uzis” miraron alCompton del South Central (“negros en bicis, negros con Uzis”) y ambos tiraron de fraseos a capelapara demostrar que esto va más allá de lo estrictamente musical y social,hablamos de talento.
Finalizaron con “Lumpen”, porque en el fondo casi tod@s somos hijos del lumpenproletariado, con demasiados enemigos como Eskorbuto.Eso sí, buscando la conciencia de claseahora que parece más escondida visto el designio de los tiempos. Cártel Filarmónico nos lleva mucho terreno ganado en esto, hagámosles caso