Más de 2.500 kilómetros separan Bilbao de la ciudad noruega de Notodden, donde se celebra uno de los festivales de jazz y blues más importantes de Europa. Hasta allí viajaron los bilbaínos Travellin’ Brothers, una de las mejores bandas de R&B del continente, ganadores del European Blues Challege 2015 y finalistas en el Internacional de Memphis, para participar en el certamen y, de paso, dar forma a su nuevo trabajo. 24 horas frenéticas en las que crearon un disco “a la vieja usanza”, grabado del tirón, sin apenas descanso… y en analógico.
La sesión de grabación tuvo lugar en Juke Joint Studio bajo la supervisión de Njål Frode, experto ingeniero de sonido analógico, dando como resultado un sonido añejo, como esas viejas grabaciones de gramola, pero más cristalina y actual. Quizá disponer de la misma mesa de grabación del mítico Stax Studios de Memphis, que registró las voces de mitos como Albert King, Aretha Franklin o Little Milton, ha contribuido a captar esa atmósfera venerable de los viejos discos.
Así llega “One Day In Norway”, el séptimo disco de la banda, que nos presentaron en el Kafé Antzokia en formato CD de lujo y que incluye de regalo un documental en DVD con las experiencias vividas en su última gira, “Magnolia World Tour”. Además, para los más puristas -y este disco bien lo merece- también lanzan una edición limitada en vinilo… Sin duda el mejor formato para apreciar este gran trabajo de los hermanos viajeros.
El sexteto publica este nuevo trabajo bajo su propio sello, Magnolia Records, con el que toman el control de toda la producción. Empezando por su preciosa portada, que nos traslada a las carátulas de los discos de los 50 y 60.
“One Day In Norway” incluye cinco temas propios que se sumergen sin miedo en terreno del gospel, swing, jazz, country o blues, y una adaptación del clásico estadounidense ‘Make Me Down A Pallet On Your Floor’, un tema ampliamente versionado por grandes del género como Louis Armstrong, Sidney Bechet o Willie Brown, y que tuvimos el placer de escuchar en directo en la presentación.
El disco arranca con ‘The Best Is Yet To Come’, un tema muy animado y colorista en el que destacan los vientos de Alain Sancho y el piano de Ander Unzaga, la acertada inserción de coros, y la letra, con referencias a Dios, amaneceres luminosos o luz en la oscuridad, que perfectamente podría encabezar una misa góspel.
Continúa con ‘Tunderstorm Blues’, corte más pausado en el que la voz confidente de Jon Careaga nos traslada esa calma previa a la tormenta -o huracán del Golfo- y olor a tierra húmeda. Una tempestad que se desata en el tercer corte, ‘Frenchmen Street’, que crece el ritmo hasta rasgar trompeta, piano y voz al final. Tampoco falta el guiño al nombre, cantando estrofas en francés, en este homenaje sonoro a uno de los locales más animados de New Orleans.
Sigue con ‘Lost & Found’, un tema reposado e íntimo, un tanto melancólico, con sabor sureño. Destaca el órgano Hammond, y también la guitarra de Aitor Cañibano y el bajo de Eneko Cañibano. ‘Josephine’, cierra el bloque de composiciones propias, un tema canalla, muy a lo años 50, en el que sobresale la ejecución de Isi Redondo en la percusión.
Los Travelin’ Brothers nos han demostrado que 24 horas en Noruega dan para mucho. No sabremos si para hacer turismo y visitar los fiordos, pero sí para traerse a casa un disco redondo.