Crónica recibida desde la Oficina de Comunicación del Ayuntamiento de Bilbao.
Texto: Michel Goiri
Fotografías: Jon Goikuria
¡Por fin hemos vuelto! Tras dos años oscuros de pandemia para la escena musical en particular, y el mundo entero en general, vamos viendo la luz. Y no hay más luz y alegría en Bilbao que en la Aste Nagusia. La Muestra Bilbao Metal y Pop Rock Aste Nagusia celebra este 2023 su 36 edición, a la vez que la sala Bilborock lleva 26 años ofreciendo un programa cultural vital para la cultura de nuestra ciudad. 111 grupos y artistas se han inscrito en la Muestra haciendo de esta, la edición con la segunda mayor participación de la historia, tras la vigésimo novena del 2014 (con 121), año de salida de la inscripción on-line.
Entre los grupos y artistas seleccionados sigue la paridad casi total: 5 grupos de Bilbao o con algún componente empadronad@ en la Villa, 2 de la Margen Izquierda (Barakaldo), 4 de la Margen Derecha (2 de Getxo, Gorliz y Plentzia uno cada uno), 2 de Gernika-Lumo y 1 de localidades como Galdakao, Lemoa y Bermeo. Los municipios con mayor representación, tras Bilbao, son Barakaldo, Getxo y Gernika-Lumo con dos formaciones.
Pero centrándonos en el primer concierto de esta edición: El incorregible artista bilbaíno Pablo Ríos que vuelve con nuevas canciones y un diario íntimo, fiel testigo de los tiempos que vivimos para cuestionar, una vez más, los pilares de nuestra sociedad. Con la publicación del disco/libro «Amor en tiempos de virus» (2020), grabado íntegramente en El Tigre Studios (Bilbao 2022) con el productor musical Jon Aguirrezabalaga, antiguo compañero en “We Are Standard”, Pablo nos presenta sus nuevos «hits bailables rompepistas» al más puro estilo Franco Battiato, Alaska o Rigoberta Bandini, acompañados de sus baladas más crudas y románticas en clave Roxy Music.
Y comenzó avisando de lo que iba a ser el concierto: “Soy Pablo Ríos y amo la vida”. Y desprendió amor a raudales. Todo su show, que básicamente es una performance que trasciende la barrera de la música, se basó en el amor en todas sus vertientes: físico, emocional, humano, total… con un sonido que empezó bajo y sonando enlatado, la actuación fue creciendo exponencialmente, con un público (rondando los 220 espectadores) de inicio frío, pero que fue entrando en calor con los textos calientes de Pablo. Faltó de inicio la cercanía que aporta la electricidad sónica sobre las tablas, pero nadie puede decir que no se lo pasara bien y acabara subido al avión de sensaciones que pilotaba el artista bilbaíno.
El primer tema que movió al respetable fue “Tus Artistas Porno Favoritos”, con el artista mezclado entre su público. Antes, “Vamos a Vivir al Campo mi Amor” ya dejó claro que su propuesta tenía mucho de sexual y con “Mecagüen El Puto Reggaeton” ya tenía ganada a la sala casi por completo. A partir de ahí grandes canciones como “Con lo que me gusta a mí”, la acústica “Todo lo bueno” (un himno, algo superior) o “Entre las Lágrimas y las Sonrisas“(muy Tino Casal), dejaron claro que el talento le sobra a Pablo Ríos, aunque de salida su propuesta resulte complicada de digerir a la primera.
Pero ya sabemos que lo que entra muy fácil se olvida de igual manera y aquello a lo que hay que prestar más atención es porque tiene un fondo mucho más poderoso. El concierto finalizaba con una ovación a un artista que proclamaba que “mi goce esté en vosotros y vuestro goce sea colmado”. Más de un@ seguro que gozaría bien en el resto de la primera noche de Aste Nagusia recordando lo que ofreció el concierto más sensual visto en Bilborock en muchos años.
El segundo grupo en saltar al escenario de Bilborock fue M&A SWING MACHINE, una banda bilbaína que fusiona música electrónica con Jazz, Soul y Swing, combinando así el sonido de las Big Bands y la locura de los años 20 con ritmos contemporáneos, que invitan al baile.
Comenzaron como grupo en 2020, cuando un par de músicos se unieron con muchas ganas de tocar y el propósito común de proporcionar diversión y desahogo en medio de la pandemia. Más de 50 conciertos después en diversos eventos, clubs y festivales y un E.P. publicado (“Gaztelupeko Hotsak”), añaden un guitarrista para darle más fuerza a su sonido.
Y si Pablo Ríos tiraba por la vertiente más seductora, M&A Swing Machine tenía claro que lo suyo era una llamada a los sentidos más primitivos focalizados a través del baile, porque lo suyo fue un escándalo a la altura de varias de las proyecciones (directas de USA) que ofrecieron durante su actuación de décadas pretéritas en la que el goce por la vida se centraba en las pistas de baile.
El concierto tuvo dos bloques definidos perfectamente: el primero centrado en el clasicismo del Swing, el Soul y una mirada retrospectiva al país que inventó el Rock´n´Roll y disfrutó de estilos que ahora están resurgiendo. La felina ‘Abi’ (por su vestido, pero sobre todo por su actitud) manejó a su antojo a una sala que rozó el lleno y sudó de lo lindo. No alcanzamos a recordar una fiesta tan intensa a la hora de bailar en Aste Nagusia.
Lo pusieron todo patas arriba. “Go go Jimmy go”, “La fiera” y “Swing Time”… con ese inicio bastó y sobró. Por momentos Bilborock parecía aquella cueva de la trilogía de Matrix, cuando fueron conscientes de que si vas a morir antes hay que bailar como poses@s por última vez. Aquí nadie se iba a morir… salvo de gusto. Sudando a mares la fiesta fue total, entregad@s a la magia del baile, a su embrujo primigenio, bajo la voz de Abi, el saxo de Mihailovic (su labor con los teclados, coordinados con los videos que se iban proyectando, es para quitarse el sombrero) y el ritmo ponzoñosamente adictivo de la guitarra de Asier Gallego, se disfrutó de lo lindo.
