Turbopropulsados por cuerdas frenéticas y ritmos cortantes, los bilbaínos Turbofuckers observan que hay “mucho donostiarra” en este Día Grande de la Aste Nagusia de Bilbao. La traca final antirresacas está aquí. El trío calavera que conforman Sixx (guitarra y voz), Pepe (bajo y coros) y Charly (batería), fruto de la fusión entre B.C Bombs y Bugatti, presenta Lady Infierno, su primer álbum tras el EP de hace dos años, New Generation Kamikazes.
Los fuckers le gritan a la “juventud salvaje” en un espectáculo cañero que cuenta con invitados estelares como Iñaki Cavan o Toni Metralla, “¡El rock de Bilbao!”, presenta Sixx al segundo. “¡No des la chapa!”, zanja el susodicho, con la socarronería que le caracteriza.
Punk-rock melódico (¡que no meloso!), saludablemente sucio, con arrestos y cierto halo glam de barrio. “¿Para qué queréis tocar bien si no sabéis andar con tacones?”, espeta el cantante, que se da un aire a Matt Dillon en su papel más canalla.
Con tacones o sin ellos, está claro que son “demasiado cabrones para subir al cielo”. Entre canción y canción, desprenden actitud -“Ya sabéis cómo somos los fuckers: si os perdéis un segundo, ¡os perdéis medio bolo!”- y bromas, como la del burlón bajista que dedica el concierto a la memoria de su mujer, “porque vaya memoria tiene, ¡se acuerda de todo!”.
En una sociedad donde predomina la pose, siempre es de agradecer este chute de energía, descaro y fechoría punkarra. La perfecta antesala de lo que vendrá después con los traperos, directos desde las cloacas de Cornellá cual Tortugas Ninja del extrarradio.
Galería de fotos de Turbofuckers (Fotos: Amaia Santana)
Con gafas de sol y enfundado en unos ceñidísimos pantalones de cuero negro con lazada que ni Doctor Deseo, Miguel Ángel Sánchez A.K.A Morfi Grei asalta el escenario cual saltimbanqui circense, rodeado de su banda actual: el trapero original Jordi Pujadas El Subidas (bajo), Carlos Buira Boliche (batería), Raúl Pulido y Fosy Rock (guitarras).
Abren con ‘La Regla’, un tema que costó el despido a varios locutores en tiempos en los que Concha Velasco aún no anunciaba Tena Lady®. Le siguen otros trallazos irreverentes como ‘Joven viejo’ y ‘Confusión’, suficientes para constatar que su sonido actual dista mucho de ser considerado trapero. Mucho más contundente y nítido respecto a los discos, continúan en la Ciutat Podrida, sin duda, pero ahora está asfaltada. La voz astillosa y pendenciera de Morfi mantiene las raíces intactas, eso sí. Su timbre rugoso busca bronca, y esta noche la va a encontrar.
No hay llenazo en el Antzokia, y menos mal, porque los que están tienen la sangre en ebullición y van a salpicar. No tarda en producirse algún conato de gresca. Una pareja aterriza de emergencia en el suelo, regándonos con kalimotxo. Para refrescar.
‘No dais la cara’, de su álbum debut (La Banda Trapera del Río, 1979) –el cual tocarán casi en su totalidad-, ayuda a sublevar los ánimos. Un canto a la podredumbre (que no pasa de moda), cuyos cambios de tempo demenciales acaban de electrocutarnos.
Se dan algunos mutis por el foro que el bueno de Fosy Rock se molesta en explicar: “No es que nos hagamos los guays, es que se nos han jodido dos guitarras a la vez”. Arreglado el lapsus técnico, disparan a bocajarro himnos corrosivos y desquiciantes como ‘Venid a las cloacas’, oda socarrona al presunto confort de la ciudad satélite donde se fragua esta banda pionera de la actitud genuinamente punk. “En un rincón de mierda, de control y represión”. Mugre, barro y extrarradio. ¡No habrá paz en las ciudades dormitorio!
Apabullantes ‘Aluminosis Corporal’ y ‘Eunucos mentales’. Morfi avisa y no es traidor: “Vais a oír ruido fuerte y contundente”. El bajo atolondra las mentes y las guitarras chirrían en tu conciencia. La arenga del líder surte efecto demoledor.
Morfi lanza miradas al guitarrista Raúl Pulido que una no sabe si interpretar como sana admiración o disimulado desdén, como queriendo decir: “Oye tú, no toques tan bien, ¡que somos los traperos!”. ¿Recuerdan esa escena de El Club de la Lucha?: “Eres demasiado… ¡rubio!!”. Por cierto, vean la vertiente hippie-rumbera de este músico en su concierto para Garden Music Sessions.
Entre el público se oye una y otra vez el grito de guerra “Ciutat podrida!”, que se hará esperar hasta el final.
Martilleo industrial y un inicial grito chirriante -“¡¡¡LA-LA-LAAA!!!”- para la demencial ‘Yonki Palace’. “¿Estáis vivos o qué?”, se interesa Fosy. Temas elocuentes y subversivos como ‘Nacido del polvo de un borracho y del coño de una puta’, ‘Nos gusta cagarnos en la sociedad’ y ‘Curriqui de barrio’ evidencian la influencia de los traperos en bandas de este lado de las alcantarillas como Eskorbuto.
Por fin llega la inmortal ‘Ciutat podrida’, considerada la primera canción punk-rock cantada en catalán. Según cuenta Javier Pérez Andújar en su libro ‘Paseos con mi madre’, “describía una ciudad que se dormía entre las llamas”. Morfi cierra esta catarsis colectiva repitiendo: “¡Podrida! ¡Podrida! ¡Podrida!”.
El ínterin hasta los bises cuenta con el virtuosismo del guitarra más joven, que Morfi interrumpe cuando brota de entre bambalinas, ataviado con el pañuelo de fiestas. Finiquita esta noche de chulería quinqui con ‘Monopatín’ y ‘A mi dosis voy’, ambas del álbum Guante de guillotina (1993, -¡grabado en 1982!-).
Honestidad macarra para una banda que celebra 40 años como si las cloacas nunca hubieran hecho estragos. Así los describe el periodista Ramon Vendrell en un artículo donde reclama el Nobel de Literatura para ellos (una pena que se adelantara Bob Dylan): “Eran piltrafas del arroyo pero desde el primer momento se comportaron como si fueran emperadores”.
Amigos del obrero, enemigos del sistema, amantes del fuego y el keroseno. Todos somos curriquis.
Galería de fotos de La Banda Trapera del Río (Fotos: Amaia Santana)
Setlist:
- La regla
- Joven viejo
- Confusión
- No dais la cara
- Juventud tatuada
- Venid a las cloacas
- Misógeno
- Aluminosis corporal
- Cómics y cigarrillos
- Eunucos mentales
- Yonky Palace
- Nacido del polvo de un borracho y del coño de una puta
- Padre Nuestro
- Nos gusta cagarnos en la sociedad
- Curriqui de barrio
- Ciutat podrida
* Bises:
17- Monopatín
18- A mi dosis voy