El pasado fin de semana la Plaza del Metro de Getxo acogió la segunda edición del Getxo Sound Fest. Este joven festival, reiteramos que ha sido su segunda edición, ha dado un paso importante hacia su afianzamiento dentro del calendario festivalero vizcaíno. Este año la organización apostaba por unos cabezas de cartel con renombre y de diferentes estilos; Depedro, Coti, Miss Caffeína y Dorian. Todos estos artistas junto a otras bandas saltaron al escenario getxotarra para hacer disfrutar a un público que, aunque parece que en menor número que el año anterior, se dio cita en el recinto principal.
La edición recién terminada ha ofrecido un cartel que no ha perdido la esencia de este festival. Esta no es otra que la de rendir homenaje al movimiento musical Getxo Sound que surgió en los años 90 en la mencionada localidad. Un sonido que aglutinaba a bandas que coincidían no solo en lugar de nacimiento sino también en un estilo alejado de la música predominante en Vizcaya. Además míticas salas ayudaban a crear una escena en la que estas bandas ofrecían sus directos y se presentaban ante un público que poco a poco fue creciendo en número. Por todo ello, cuatro de la bandas anunciadas en cartel eran locales o, por lo menos, vizcaínas: Duobite, Mäbu, Debajo del Paraguas y Fake Band.
Los conciertos en el recinto principal comenzaron el viernes. Los encargados de romper el hielo fueron Andrés Letamendia y Josu Aguinaga. O lo que es lo mismo, Duobite. Este proyecto funciona a cuatro manos. Las de estos dos músicos con amplía experiencia en la escena musical; Era Batera, Smile en el caso de Josu, Los Clavos, Cancer Moon y Lord Sickness en el de Andrés. Ofrecieron un concierto potente al que al principio no acompañó un buen sonido. Un rock que recuerda a Artic Monkeys y a Black Keys. Una banda que parecen 4 en lugar de dos. En esto me vino a la mente el dúo catalán CalaVento que pudimos disfrutar en el BBK Live y en el Ebrovisión. Ante un público no muy numeroso por la hora (19:00h.) el grupo desgranó su último trabajo “Maquinas”. Treinta minutos que se hicieron cortos pero en los que la banda dejó ver lo que se trae entre manos.
Los siguientes en subir al escenario fueron los componentes de la banda Mäbu. El grupo, capitaneado por María Blanco (hija de Sergio y Estibaliz de Mocedades) y Charlie Solano, ya tiene varios discos y giras a sus espaldas. Ofrecieron un concierto de un pop onírico y soñador. El sonido fue mejorando a medida que avanzaba un repertorio en el que la banda demostró unas canciones con arreglos muy bien traídos. Honestidad, originalidad y, ante todo, mucha sensibilidad en una banda que tiene muy claro lo que quiere y hacia donde se dirige. Por todo ello saben muy bien rodearse de grandes artistas como ocurrió en su disco 10º aniversario; Marilia, Mikel Erentxun, Adriana Moragues, Marlango, Rayden, Jorge Marazu, María Rozalén, Iseo, Estibaliz Uranga e Izal.
Llegaba el momento de uno de los platos fuertes del festival. Miss Caffeína salía al escenario con ganas de ofrecer su mejor ritmo. Y es que la banda dejó atrás el indie de su disco “Detroit” apostando por un ritmo dance que recuerda mucho al de los 90. Presentaron su disco ”Oh Long Johnson” y con sus canciones ofrecieron un buen concierto, con un muy buen sonido y con un espectacular juego de leds. Todo ello convirtió la gran carpa en una pista de baile. Y es que estos chicos saben montárselo muy bien y convertir cada concierto en una gran fiesta. Este año ya han visitado 42 ciudades en su gira y, casualidad, el inicio de la misma fue en Bilbao. Poco tiene que ver esta banda con aquella del EP “Destrucción masiva”. Una banda que ha madurado tanto como grupo como en las preocupaciones que se intuyen en sus letras.
Cerraba la jornada uno de los principales cabezas de cartel y, a la postre, uno de los que más público congregó: Dorian. Poco hay que decir a estas alturas de la banda catalana. Habituales de casi todos los festivales y, por ello, saben desenvolverse como nadie en este tipo de citas. Repasaron todos sus discos por lo que no faltó ningunos de sus hits. Y es que Dorian es una factoría de éxitos. Cada uno de sus temas fue coreado por un público entregado que disfrutó con el pop fresco del grupo. Era la segunda vez que veía a la banda en este mes. La primera fue en el Ebrovisión. Quedó demostrado que todos los conciertos son importantes y no hacen excepciones. Lo dieron todo.
La jornada del sábado se inició en la carpa principal con los bilbaínos Debajo del Paraguas. Salieron a escena ante un escaso público que se hizo el remolón a la hora de acudir al primero de los bolos. Tenían además la difícil tarea de actuar en una jornada en la que Coti y Depedro eran cabezas de cartel. Se lanzaron con su pop a solventar el compromiso. Mucha ilusión y esfuerzo al interpretar sus temas en busca de un sonido original. Ritmos pegadizos, pero no monótonos, y letras sin tapujos que hablan de la vida de jóvenes. Quizás les faltó algo de contundencia.
Les siguieron en escena Fake Band. El grupo de Getxo ofreció su mezcla de folk rock, power pop y country rock. Sorprendieron, para quienes les veíamos por primera vez, sus exquisitas canciones con brillantes melodías. Disfrutamos de unas perfectas guitarras. Energía, armonías y redondos arreglos. Por momentos sonaron a The Beatles, The Band, Bob Dylan, Neil Young, Gram Parsons, Big Star, Jayhawks… Palabras mayores. El sonido no ayudó a que fuese un gran concierto.
Llegaba el turno Coti. El sonido no acaba de ser el adecuado e incluso el artista preguntó si se escuchaba bien. Pero las tablas del argentino son muchas y metió la directa a base de sus grandes éxitos. Sonaron sus temas más conocidos como “Otra vez” o “ Nada de esto fue un error”. Tampoco faltaron temas que creó para otras voces; “Te quise tanto” (Paulina Rubio), “Lento” (Julieta Venegas) o “Color Esperanza” (Diego Torres) con la que finiquitó la actuación. Fue un concierto a base de temas de rock y sobre todo de pop en la que el público disfrutó.
El encargado de cerrar el festival era Jairo Zavala lo que es lo mismo, Depedro. Cumplió las expectativas y ofreció un concierto con un buen sonido. Quizás, y aunque empezó bien, el concierto fue a menos aunque la banda consiguió retomar con fuerza el set list en algunos momentos. Este incluyó temas de sus diferentes discos (“Nubes de papel”, “¿Hay alguien ahí?”, “Panamericana”, “DF”, “Diciembre” …) y se permitió versionar el tema “Fiesta” de Serrat. Cerró el bolo y por ende el festival “Llorona”. El público, algo menor en número que el que presenció a Coti, disfrutó con el sonido fronterizo y mestizo que ofrece Zavala. No fue el mejor concierto de Depedro pero los buenos músicos saben sacar esos retos adelante.
Para terminar explicar que este que escribe por motivos de agenda no pudo acudir al concierto de La Habitación Roja y Betacam en la fiesta presentación, ni al de Los Coronas (matinal y gratuito). Una pena porque según nos han explicado estuvieron muy bien.
Aunque con cosas por mejorar el Getxo Sound ha fijado su impronta con unos carteles interesantes y con un buen ambiente. Un festival urbano del que ya estamos deseosos de conocer su siguiente plantel de artistas.
Post data: Perdón por la calidad de las fotos hechas por un servidor con el móvil y cómo pudo.