El pasado viernes el Kafe Antzokia acogía un nuevo evento dentro del ciclo Izar & Star organizado por Javier Corral “Jerry”. Bajo el título “Lluvia, hierro y Rock & Roll” siete bandas emergentes homenajearon a bandas bilbaínas (del Gran Bilbao para ser exactos) del siglo pasado.
La cita del viernes fue un reconocimiento más que merecido a bandas que marcaron musicalmente a más de una generación. También para el libro de Álvaro Heras Gröh que dio nombre a la cita. Grupos jóvenes interpretaron canciones de Cancer Moon, Eskorbuto, MCD, Ama Say, Cordura, La Secta, Lavabos Iturriaga, Cómo huele! Medanos de Singapur, Primitivos, Cujo y Zarama. Muchos ni siquiera habían nacido cuando algunos de estos grupos ya tenían un nombre en el panorama musical.
Rosebud, Unclose, Vallapellejos, Cecilia Payne, Moonshakers, Campamento Rumano y Señores fueron las bandas que se enfrentaron a dos canciones de las míticas bandas más una propia. Todo ello con Jhonny Kontrol como maestro de ceremonias. Su labor fue la de presentar a las bandas, anunciar los grupos a los que iban a versionar y comentar la presencia de ilustres entre el público. Mención especial merecen los invitados especiales. Gorka de La Secta cantó con Rosebud, y Martín Cápsula, Álvaro Segovia y Mamen Vulpess subieron al escenario con las Moonshakers. Como negativo indicar que las interesantes imágenes de la época que se empezaron a proyectar (grupos, fanzines, carteles,…) dejaron de aparecer sobre el escenario cuando le estaban dando un toque especial a cada una de las actuaciones.
Inauguraron la velada Rosebud. Interpretaron “Folks” de Cancer Moon, “I hate that trip” de La Secta y “Hoy”, tema propio de la banda. Les acompañó a la batería Jorge ‘Huracán’ Hernández (Bonzos). Una actuación más que notable en la que brilló un sonido rock propio de otras lindes. Los siguientes en subir a escena fueron Unclose. Sin duda fueron de lo mejor de la noche junto a Moonshakers y Señores. El trío brindó un sonido tecno espectacular. Versionaron a Lavabos Iturriaga con “Instantánea” y a Cómo Huele! con “La inundación”. Había interés es saber como iban a sonar esos temas en manos de Unclose y la verdad que sorprendieron positivamente. Interpretaron también un tema de su último disco, “Rising”, que sonó muy bien.
Los terceros en actuar fueron Villapellejos. El sexteto de Deusto se enfrentaron a “La caza” de Primitivos y a “Escupe al estupa” de Medanos de Singapur. Una chica a mi lado no paraba de decir que le recordaban a Kaka de Luxe. Razón no le faltaba. Terminaron con dos temas propios como “Sexy Ramón” y “Pelo rizado japonés”. Continuó la banda Cecilia Payne. Una banda de sonido indie que se movió con cierto nerviosismo por el escenario aunque fueron ganando en confianza. Homenajearon a Cujo con “Show me your love” y a Zarama con “Deba ongi dabil”. Interpretaron un tema propio que rezaba «Sin título» en el set list.
Llagaba la hora de las Moonshakers. Se atrevieron con “Historia triste” de Eskoburto en la que les acompañó Martín Guevara (Capsula) y con “Barrenkale” de los MCD con Álvaro Segovia como invitado. Para el tema propio, “Manipúlame” contaron con una invitada de lujo; Mamen Rodríguez de las Vulpes.
Saltaron a escena Campamento Rumano. Seguramente los más originales de los grupos que desfilaron el viernes por Antzoki. Un teclista que lo mismo le daba al teclado como bailaba delante del escenario y un batería que tocaba de pie. Letras originales como las de “Coca Cola en Angola”, “Divorciado sin custodia”, “Fumador y menor” y “P.I.S.S.”. Se marcaron cuatro temas propios porque cada cual era más corto que el anterior. Respecto a las versiones regalaron el “Mierda, mierda, mierda” de Eskorbuto. Muy bien llevado por cierto.
Para cerrar la balada estaban “Señores”. Con ellos sonó el hardcore de Cordura y su “Presente vs. pretérito perfecto” y el sonido funk de Ama Say de los que versionaron “Papillons Noirs”. Para cerrar la noche de “Lluvia, hierro y rock & Roll” Señores eligieron un tema indie de su propia cosecha como “Corporarturo Avaricio”.
Sin duda la del viernes fue una velada de mucho sentimiento en la que se recordó a quienes nos dejaron huella con su música. A quienes ahora cogen el testigo de llevar el rock bilbaíno hacia lo más alto. Porque sin duda, el rock made in Bilbo tiene pasado, sí, pero mucho presente y futuro (si las leyes no lo impiden).