Los pasados 31 de agosto y 1, 2 y 3 de septiembre se celebró una edición más, la vigésimo primera si las cuentas no me fallan, del Festival Ebrovisión de Miranda Ebro. La Asociación Amigos de Rafael Izquierdo, organizadora del mismo, ponían en marcha la maquinaria de una cita que ha comenzado una nueva etapa que conlleva una serie de cambios; escenario principal junto otras localizaciones pasan al aire libre y una propuesta gastronómica novedosa. Las personas asiduas a esta cita tenían curiosidad por saber cómo iban a ser estos cambios. Las dudas se resolvieron pronto. La esencia del Ebrovisión sigue siendo la misma. Los cambios han gustado y eso ha dejado satisfecho tanto a público como, creemos, a la organización. Incluso la climatología se portó. Las previsiones eran bastante negativas, sobre todo para el sábado, y al final, salvo algunos cambios puntuales, todo se desarrollo sin mayores complicaciones. Siempre se pueden mejorar detalles y no tenemos duda de que la organización lo hará.
En cuanto a la música destacar que se pudo disfrutar de una diferente y variada propuesta. En nuestro caso pudimos descubrir muchas buenas bandas tanto nacionales como internacionales, la mayoría emergentes, y eso es de agradecer. Un detalle positivo que tiene Ebrovisión es que los conciertos no coinciden en horarios y eso te permite disfrutar de todos los conciertos sin que ninguno se solape. La cita se inició a orillas del Ebro, una de las novedades, con un concierto sorpresa. La encargada de abrir fue la banda Los Mejillones Tigre. La banda jienense divirtió al numeroso público con un estilo peculiar. Los jienenses divirtieron al público con una propuesta que mezcla cumbia, garage, psicodelia, boogaloo o soul, … letras pegadizas que versan sobre temas actuales por una clara vía satírica.
Cambio de escenario. Nos acercamos a la Fábrica de Tornillos, escenario que se mantiene y nos encanta. Comenzaron los locales Cheddar con un rock progresivo que sirvió para calentar motores. A continuación se subió al escenario la banda argentina Las Ligas Menores. Nos gustó su sonido pop y nos recordó, en cierta manera, a El Mató a un Policía Motorizado. La jornada se cerró con una banda que, particularmente, nos encantó. Nos referimos a Los Invaders. Los valencianos ofrecieron un bolo enérgico y bailón. Un rock pegadizo con toques electrónicos en el que su cantante sabe cómo provocar que nadie se quede quieto.
El viernes empezábamos también en la Fábrica de Tornillos. Menda Lerenda, banda también local, abrió la jornada con un buen número de fans. Les siguió Niña Polaca. Su garage-pop y alguno de sus temas más conocidos hicieron que la temperatura subiera en la Sala. Cerraron la matinal los londinenses Bad Nerves. Una banda de punk, power-pop y rock and roll que nos encantó con su energía sobre el escenario.
Antes de estrenarnos en el recinto principal, a las 17:00 h. y en el Anfiteatro (otra localización nueva), actuaron Toundra. Era un tarde calurosa y amenazaba tormenta pero ello no frenó a numeroso público que quiso disfrutar de la banda instrumental. Tras los madrileños llegaba el ansiado momento de ir al recinto principal en el Polideportivo de Miranda. Allí estaban el escenario La Salve y el principal. Abrieron en el primero ellos Karavana. La banda andaluza se metió al público en el bolsillo desde el minuto uno. No faltaron sus mejores temas que el publicó no dejó de cantar.
El escenario principal lo inauguraron Belako. La banda de Mungia fue, tras un inicio algo flojo, de menos a más. Nos gustaron mucho las versiones que se marcaron de»Paper Planes» de M.I.A. con «Blanco y Negro» de Barricada. Nos sorprendieron gratamente The Reytons, la segunda banda londinense que se subía al escenario en el Ebrovisión. Y al igual que Bad Nevers nos gustaron mucho. Descargaron unos temas plagados de indie rock y british pop. Con solamente dos discos publicados ya son unos habituales en los primeros puestos de las listas. En Miranda nos demostraron la razón.
La tormenta acechaba y cayeron cuatro gotas. Pero no fue a mayores y se quedó buena noche. Era el momento de los dos platos fuertes de la jornada. León Benavente, por fin actuaba en el Ebrovision, tras tener que suspender su anterior concierto programado debido a la pandemia. Si hay un grupo con un directo de los más potente esa es la banda encabezada por Abraham Boba. No quisieron dejarse nada en el tintero y pudimos disfrutar de sus ya emblemáticos temas. Un servidor saltó y bailó alrededor del líder la banda cuando este bajó al público. No fue el único. Compartí empujones con Alex Ron, frontman de The Daltonics.
Cerraba la jornada de conciertos Carlangas, ex líder y vocalista de Novedades Carminha que presentaba, con la voz algo tocada, su nuevo proyecto en solitario. Sonido festivo que mezclaba el pop con otros sonido del folklore popular. Una auténtica y divertida verbena. No faltaron algunos clásico de su anterior banda. Se hizo cortó pero el respetable quedó más que satisfecho. Si alguien quería más estaban los dj´s y la Discoteca Orosko, templo este último ideal para cerrar las jornadas y poder encontrar a las diferentes bandas.
El sábado nos quedamos con las ganas de ver actuar en el Castillo de Miranda a Anni B. Sweet y Las Petunias. La previsión de lluvia hizo que la jornada anterior se avisará del cambio de escenario. Las actuaciones pasaron a la Fábrica de Tornillos y la nueva localización se quedó como uno de los alicientes para volver el año que viene. Las Petunias, llegadas de Madrid pero previo paso por la acampada del festival, se marcaron un bolo fresco y divertido. Espontáneas como pocas nos dejaron su sello con un pop muy propio y que va a dar que hablar. El plato principal de la mañana, mediodía ya, era Anni B. Sweet. La artista malagueña nos ofreció un bolo muy bueno en el que no faltaron sus temas más conocidos. Buen sonido increíble voz y con una banda espectacular. En la misma estaba Julía (Batería) y Victor (teclados) de Rufus T. Firefly que suelen acompañar a la artista andaluza. Un repertorio estudiado y variado en el que no faltaron ni el pop ni algunos temas más ácidos. A destacar el cover de «White Rabbit» de Jefferson Airplane que nos regaló.
Antes de iniciar la jornada de tarde fuimos a coger fuerzas a la Muestra Gastronómica en la Plaza de España. Allí, al ritmo que marcaban los dj’s, degustamos las diferentes viandas que habían preparado distintos locales de la localidad burgalesa. Y después de nuevo a la Fábrica de Tornillos para disfrutar de una banda muy querida entre el público. nos referimos a Mujeres. La banda lo dio todo ante un público entregado a los atronadores ritmos que desplegaron los catalanes.
La tarde empezó en el recinto principal en el escenario La Salve con una especial actuación de La Costa Brava. La banda encabezada por Francisco Nixon hicieron las delicias de un importante número de fans que corearon cada uno de los temas que sonaron. Los conciertos del sábado el el escenario principal comenzaron con Natalia Lacunza. La navarra encandiló a unos emocionadas y jóvenes seguidoras que ocuparon las primeras filas. Un concierto muy pop y estética urbana el que ofreció la artista acompañada de una joven banda compuesta por cuatro chicas.
Cambio radical de sonido el que nos llegó con la siguiente banda llegada también de Londres. Shame nos dejó totalmente alucinados con sus ritmos y energía. Solamente ver al bajista correr sin parar e incluso dar volteretas con el bajo nos dejaba con la boca abierta. No faltaron los pogos ni el cantante en volandas por encima del público. Alucinante el post punk que desarrollan estos jóvenes británicos. Tras el huracán Shame llegó uno de los cabezas de cartel del festival. Estos no eran otros que Sidecars. Se notó una mayor afluencia de público para ver a la banda madrileña. Un pop rock efectista el que envuelve unos temas que facilitan ser cantados por el público de principio a fin. Un concierto de buena presentación de sonido y luces.
Con algo de retraso, creo que el único que vivimos, llegaba la hora de los últimos conciertos en el recinto festivalero. Los elegidos para cerrar el escenario principal fueron Sexy Zebras. El trío madrileño compensó el retraso con un bolo eléctrico y cargado de un power rock potente como pocos. Un directo que da la sensación de provenir de una banda de cuatro o cinco componentes. El último bolo en el recinto del Polideportivo Anduva fue el de la banda Margarita Quebrada. Los valencianos cerraron la noche con su característico synth-pop. Un sonido oscuro que acompañaba a una muy cuidada puesta en escena. La noche tocaba a su fin aunque siempre quedaba la Orosko para los que todavía tenían fuerzas.
El domingo teníamos dos citas y, sin saberlo, varias sorpresas. Comenzó Tiburona, un power trío femenino con una propuesta repleta de buen power-pop, garaje y surf. La última banda en actuar en el Ebrovisión fue también una banda londinense; Reme. Un pop rock limpio y sencillo. Nos sorprendieron con la colaboración especial de Mikel Erentxun. Sorpresón.
Ebrovisión es un festival que como reza su eslogan «Enamora». Los cambios han dado aire fresco a un festival que está lejos de perder su esencia. Nunca defrauda y no solo por su propuesta musical sino por el ambiente que se crea. Una gran familia la que consigue reunir año tras año la Asociación Rafael Izquierdo con Rami a la cabeza. Un trabajo intenso en el que se busca el disfrute y bienestar tanto de bandas como del público asistente. Y sin duda, lo consiguen.