Para un músico actuar en tu cuidad tiene que ser un subidón de adrenalina a más no poder. Lo mismo ocurre para un espectador que tu banda favorita actúe en tu ciudad. En esta ocasión hablamos de Los Brazos quiénes actuaban frente a su público el pasado sábado 11 de mayo en el mejor escenario posible, un Kafe Antzokia tremendamente abarrotado de seguidores arropados por una infinidad de amigos, algunos músicos de la escena rockera vasca y por qué no decirlo, también de familiares de Koki (batería), Txemi (bajo) y William (guitarra y voz). Los alrededores de uno de los templos del rock de la capital bilbaína presentaba un ambiente de lujo minutos antes de comenzar el tremendo espectáculo musical que iban a ofrecer estos tres grandes músicos. El motivo era la presentación de su cuarto disco que concretamente se trataba del directo titulado simplemente ‘Live’ (Rock Estatal Records). Tras finalizar recientemente su anterior gira para promocionar su tercer y exitoso álbum ‘Gas’ y tras descansar unos pocos meses, se ponían manos a la obra para ofrecer en su casa la presentación de su nuevo trabajo en directo y que además marcaba el inicio de su nueva gira ‘The LIVE Tour 2018‘.
Comenzaban su directo a las 22:00 horas con el mismo corte que comienza su cuarto disco, la potente ‘Have Mercy’ para dar paso a su segundo tema que recaía en ‘What Should I’ve Done’. El sobrio y simple escenario estaba compuesto por dos grandes alfombras para el bajo y guitarra, mientras que el batería tenía su correspondiente tarima colocada en el centro y algo retrasado de sus compañeros, quiénes estrenaban su evento inmersos en una energía y una compenetración entre ellos digno de admiración. Su anterior gira les había servido para creer en ellos mismos, crecer como músicos para así afrontar con plenas garantías de éxito su recién estrenada nueva gira y apuesta en directo. Tras un breve comienzo de bajo y batería para después entrar con la guitarra afrontaron el corte ‘Cold’, momento que durante su transcurso aparecieron los primeros aplausos del público allí congregados para terminar con un emotivo abrazo entre Txemi y William. Detalle que les serviría para seguir confiando en su apuesta músical. Con ‘Un placer volver a Bilbao’ emitido por la voz de William servía para la famosa presentación de la banda y para afrontar el apoteósico tema ‘One Way’ que terminó con una auténtica jam session por parte de la banda.
Con ya el público totalmente entregado y bajo sus pies arrancaban con el sentido y emotivo blues rock ‘Tales’ con un William pletórico a la guitarra y voz, corte que servía para continuar con ‘Come On’. Otro tema de blues rock con cierto aroma sonoro de medio tiempo era el escenario perfecto para afrontar uno de los momentos cumbres de su espectáculo debido a que el propio y gran William se posicionaban al pie de las famosas escaleras del recinto para cantar a capela el estribillo para terminar y deleitar al público con su asombrosa apuesta. Tras reponer fuerzas a base de los líquidos allí presentes se tomaron un cortísimo descanso para encarar el corte de puro blues rock a lo Gary Moore ‘Fearless Woman’ en donde nuevamente los anfitriones de la noche eran los encargados de animar al ya alegre y entregado público, sometiendo a un gran final por parte de la banda. Anteriormente el gran WIlliam ya arrastraba ciertos y pequeños problemas con su guitarra, momento que es aprovechado por un espontáneo vestido de pelota de rugby para hacer su corto minuto de fama, para cambiar el vocalista su cable de la guitarra y de esa forma poder encarar con garantía la siguiente canción, la melódica ‘Yeah’.
Antes de revivir uno de su grandes himnos y a su vez emotivo por la carga emocional que destila el corte ‘Magic’, Los Brazos ofrecieron su mejor versión con otro gran éxito que recaía en la interpretación de la rockera ‘Say My Name’ poniendo patas arriba el Kafe Antzokia y demostrando el gran rodaje que llevan estos tres cercanos músicos, y en donde un cercano espectador de las primeras filas gritaba ‘sois los p…. amos’, y ‘bien cierto‘ es lo que pensarían muchos de los que estaban a su alrededor. Hay que apuntar que para afrontar la ‘mágica‘ canción llamaron a subirse al escenario al hermano de Willie, Rafael y Saúl Santolaria, su productor. Con ellos dos subidos al escenario compuesto ya por cinco personas encaron una de las grandes apuestas sonoras que tienen Los Brazos, su himno ‘Magic‘. Dichas dos personas añadidas tenían el cometido de hacer los coros del estribillo que muchos de los allí asistentes tararearon a pleno pulmón, y que gracias a esa colaboración hacieron de ella otro de los momentos cumbres de la gran noche rockera que iba transcurriendo a buen ritmo, con gran energía y con una perfecta sincronización con el público.
Con un merecido cambio de guitarra por parte de William encaran con el corte de tipo swing ‘The Greason’ que ponía en el candelero nuevamente al público. La hard rockera ‘Rose Tree’ es la siguiente en sonó y dónde terminaron a pie de las escaleras nuevamente Txemi y William, y que sirvió para dar paso a otro de su grandes éxitos, la rapidísima y muy rockera ‘Randall’. Tras ella enlazaron los cortes ‘Black Sheep’ y la hard rockera con aires de blues ‘Juice’. Momento que aprovecharon para tirar de ‘Boggie‘ y que terminaron durante el tramo final con Txemi y William entre las primeras filas del público, quiénes les hacieron un merecido y corto paseíllo. Tras su fantástica interpretación se dispusieron a abandonar merecidamente el escenario para reponer energías y así, afrontar con plena garantía su tramo final de su actuación.
De seguido regresan ante un entusiasmado público para marcarse una explosiva interpretación de un clásico de los míticos Creedence Clearwater Revival, en concreto ‘Up Around The Bend‘, y que servía de preámbulo para ofrecer a la ya de por sí entrega audiencia ‘Where To Go’, junto con la irrepetible ‘Rain’ para acabar su concierto con su gran éxito ‘Not My Kind’. No sabemos aún que tiene esta canción pero realmente tiene algo dentro de ella que te transporta al lejano oeste americano y que te invita a cabalgar encima de un caballo salavaje cómo si estuvieras inmerso en un rodeo pero trasladado al recinto bilbaíno que retumbaba por los cuatro costados debido a las ganas de fiesta que transmitían sus enloquecidos espectadores. Siendo éste último, el devastador broche final de su grandísimo concierto que dejaron noqueado al público ante su asalto sonoro repleto de su mejor repertorio musical de esta banda que tienen su merecido camino musical realizado a base de confianza entre ellos mismos y ganarse por su cercanía con buenas caras y gestos, el tremendo cariño que disponen por parte de los allí congregados, quiénes se vieron recompensados por su gran espectáculo sonoro y audiovisual.
Fotos realizadas por el compañero: Iñigo de Pasbas Photos.