¡Esto sí que es un acto de justicia poética!. O de justicia a secas. Poco o nada se comieron La Polla Records en sus tiempos de juventud y de mayor “esplendor artístico”. Bueno sí, se comieron un montón de escupitajos verdes y algunas hostias y/o caídas que era lo que entonces desprendía el punk más auténtico.
Ahora regresan sorprendentemente, aparcando los estimables Gatillazo, con todos los supervivientes y consiguen agotar las entradas para grandes recintos (y a veces hasta dos días consecutivos) en la venta anticipada como si de los Rolling Stones se tratara. Además nos entregan un espléndido “Ni Descanso, Ni Paz!” (Cultura Rock Records) de color de rosa que es como parecen ver ahora las cosas. Un disco que captura sus comienzos centrándose en el material de “Salve”, “Revolución” y “No Somos Nada”, sus tres primeros y más imprescindibles discos. Eso sí grabados de nuevo con calidad, con montones de beodos coros y con una gran masterización de Víctor García en Ultramarinos que les hace sonar muy cercanos al heavy metal en algunas ocasiones. Lo mejor de todo es que van y alcanzan el Nº 1 en las listas de ventas en su primera semana a la venta. ¡Increíble, pero cierto!.
Con este décimo quinto disco celebran 40 aniversario y lo editan hasta en el otro lado del charco. 19 de sus temas más emblemáticos y un poderoso tema nuevo que es el que titula el disco y que tiene también un guapo videoclip. Entradas agotadas a su llegada a Bilbo al BEC el 18 y el 19 de octubre y las demás a punto de hacerlo. Tienes más información en www.lapollarecords.net y en www.culturarock.net. Llevan ya más de 100.000 entradas vendidas y en 2020 se patearán Latinoamérica e intentarán sobrevivir a la esperada euforia aún mayor en dichas tierras. Contarán como artista invitado en las 8 citas aquí con Enrique Villarreal, «El Drogas«, que no necesita presentación.
En este regreso, ¿breve?, van a hacer más dinero en ventas de discos y entradas que en toda su extensa trayectoria. Muchos ya les están acusando de vendidos. ¡No estoy de acuerdo!. Se lo merecen. Además han sido de los más congruentes con su ideología desde sus comienzos. Hablando del bien disco decir que se pasa como una exhalación con 20 temas en poco más de 35 minutos. Sí, no llega ni a dos minutos de media. Solo podían comenzar con el ruido del vinilo crujiendo y con ‘Slave’, uno de sus más poderosos himnos. Con la potencia que les da el no haber perdido el pulso ni el feeling al estar en marcha con Gatillazo. Suenan casi más metal que punk en ciertos momentos como si de unos Zeke se tratara. No faltan temas todavía indispensables y vigentes como ‘Nuestra Alegre Juventud’, ‘Delincuencia’ o ‘No Somos Nada’. Tampoco faltan temas más distendidos y “cachondos”, aunque siempre con sus acertadas puyitas, como ‘Porno en Acción’, ‘Lucky Man For You’ o ‘Los Siete Enanitos’. Se salen con mi favorita (y la de muchos más) ‘Txus’ que todavía desprende ganas de berrear y aberrar con ella. Bueno, en general siguen funcionando esos coros macarras y para gritar en alto con algunas sustancias alterando los espíritus de los “cantantes”. Letras logradas como ‘Vuestra Maldición’ u otra obligada y vigente como ‘Come Mierda’. Siguen con su ‘Odio a los Partidos’. Más ahora que nos tienen de elección en elección para que todo siga siendo un puto desastre. Hacia el final tocan a rebato con ‘El 7º de Michigan’ y gran final con ese tema nuevo titulado ‘Ni Descanso, Ni Paz!’ con algunos riffs que parecen robados hasta a los AC/DC. ¡Siguen siendo reales como la vida misma y brindamos un olé por sus huevos y que sigan adelante si quieren!.