Ayer los amantes del rock en general y del punk rock en particular tenían una cita en el Kafe Antzokia. Los bilbaínos Bonzos regresaban a casa. Volvían con el nuevo “Hagamos América Punk Otra Vez” (Family Spree Recordings,2017) y con un concierto en el que prometieron grandes sorpresas.
La ocasión merecía la pena. Han sido muchos años sin Bonzos, veinte desde que publicaron aquel 341 Broome St. (Roto records, 1997), su primer disco. Quizás por ello los aledaños del Antzoki se convirtieron en punto de reunión de los habituales asistentes a los conciertos programados por la sala y de los que han disfrutado de Bonzos desde sus inicios. No faltaron a la cita y se dejaron ver por la sala ilustres bilbaínos amantes de la buena música como el director Borja Crespo y el periodista Iñaki López.
Hombre Lobo Internacional fue el encargado de ir caldeando en ambiente dentro de la sala. Quienes nunca habían oído hablar de este artista debieron alucinar cuando entraron y se encontraron con “One Man Band” sobre el escenario. Más bien un lobo orquesta puesto que el susodicho cubría el rostro con una máscara de licántropo.
Hombre Lobo Internacional tenía la peculiaridad de realizar su “ritual” solo en las noches de luna llena. Eso mismo hizo durante su primera gira, “Full Moon Tour”. A día de hoy este espectáculo ha crecido tanto que la luna el lobo se la lleva debajo del brazo. Una forma de acercar su salvaje transformación a cualquier rincón del planeta. Desconozco si ayer había luna llena o no pero lo que sí tengo claro es que Paul Chaney, el hombre que convive con la bestia, fue mordido y envenenado por el r’n’r de los años 50. Sonaron con su toque de Lobezno musical “You better listen to me baby”, “New York New York” de Sinatra o “Shout” con el que se despidió del personal (incluso se bajó del escenario y fue estrechando la mano a los asistentes).
Bonzos salen al escenario con algo de retraso y con una exquisita intro de Ennio Morricone. Lo hace con Juancar Parlanje (voz y guitarras) y Jorge Hernández (batería) a la cabeza. Ambos son los miembros originales de la banda. Junto a ellos las nuevas incorporaciones; Alvaro Segovia a las guitarras y Eneko Cepeda al bajo. Jóvenes con una gran trayectoria musical en la escena bilbaína. Ofrecieron un set list que abarcó casi todas las canciones del nuevo disco, algunas de discos anteriores y algunas versiones.
Abrieron fuego con ‘Rey de la ría’. Durante esta y varias canciones, ‘Tu y yo’ y ‘El Patrón del mal’, el sonido no fue el esperado. La voz de Juancar quedaba ahogada por lo coros. Con la cuarta, ‘Bonzo Girl’ el sonido mejoró. Habían anunciado sorpresas y fue en este tema donde empezaron las mismas. Suso, el primer bajista de la banda, subió al escenario a cantar junto con Juancar. Siguieron con ‘Tu futuro no está escrito’, la versión de Slaughter & The Dogs ‘Situaciones’ y ‘Charlie ya hace surf’. Les siguió ‘Crush on you’ en la que Virginia Fernández se transformó en segunda sorpresa de la noche dejando muestras de sus increíbles registros.
Continuó el bolo con ‘Disturbios en el Bronx’, ‘Te cuidaré más que a mis ojos’ y ‘Nueva York’ (dedicada a Kike Turmix). ‘Narco Punk’ fue una de las más potentes de la noche. También sonó bien ‘El expreso de Badajoz’. Con ‘Quise ser Gardel’ llegó la tercera y a la postre última sorpresa de la noche. Francis de Doctor Deseo compartió escenario junto a la banda.»Nadie mejor que Francis conoce el Tango en Bilbao», aseguró Parlanje. Llegan los bises e interpretan ‘Rock And Roll Is Dead’ de los Rubinoos y ‘Lluvia, hierro y Rock&Roll’. Finalizan con ‘Baby baby” en la que destaca la intro con el bajo.
Una noche especial aunque la afluencia de público no cumpliera del todo con las expectativas . Quizás faltó un poco más de ambiente pero eso no impidió que en el aire se respirara a los Ramones y a The Clash. Una noche para el nihilismo punk y para el anarquismo de salón. Canciones que hablaban del narcotráfico, la inmigración, la Ría y Bilbao..Una noche sin duda de ‘Lluvia, hierro y Rock & Roll’.