Los Brazos: Noche de reyes del rock & roll

Los Brazos: Noche de reyes del rock & roll

Noche triunfal de la banda getxotarra en un Kafe Antzokia que rozó el lleno, presentando por fin en Bilbao su último trabajo ‘Universal‘ lanzado hace ya 9 meses.

Que Los Brazos son una de las bandas de Bizkaia de las que merece sacar pecho con orgullo es una obviedad y una realidad palpable desde hace ya varios años. Lo que comienza ya a coger peso, es la extrañeza de porqué este power trio de rock&roll no está ya en otro escalón de status a nivel nacional.

Y es que su quinto y último trabajo ‘Universal‘ (Marzo 2022, producido en colaboración con Saul Santolaria y grabado en los estudios Sweet Saul Music) es el capricho de disco que esta banda llevaba años queriendo grabar, y que ‘gracias‘ a la pandemia, supo esperar el momento adecuado para ver la luz con los medios y el sonido adecuado para un repertorio de canciones llenas de rock&roll, blues y rockabilly.

Txemi, Kokino y William saben como pocos llenar un escenario con las simples armas de 3 instrumentos. Y es que a veces era necesario darse cuenta que eran solamente ellos 3 los ‘culpables‘ de semejante sonidazo, que cuesta explicar por ejemplo en la apabullante «Afraid of the sun«, sonando nada más comenzar el concierto. Eso es empezar fuerte y lo demás son tonterías…

Una simple canción como carta de presentación, derrochando rock & roll, estilo y fuerza por un tubo. El ejemplo perfecto del inconfundible estilo Los Brazos que este grupo ha ido forjando a base de duro trabajo durante más de una década.

Algo más de hora y media de potente directo y comunión con su fiel público en una noche difícil (noche de reyes, partido del Athletic, Fito en el Euskalduna…) en la que interpretaron íntegramente ‘Universal’ junto a varias de sus canciones más representativas de anteriores trabajos.

El sonido del rock americano a manos de 3 colegas de las afueras de Bilbao‘, se evidencia a lo largo de toda la velada, como los claras reminiscencias a lo ZZ Top de «Your game» o «In the beginning«.

«Not a crime«, «They don´t care«, «Left behind» sonaron en el primer acto antes de que «Tales» sacase el bluesman de un William cantando las estrofas principales a capella asomado a la última escalera de un Kafe Antzokia que observaba boquiabierto semejante derroche de poderío vocal intercalado con solos de guitarra sublimes.

Y es que posiblemente no valoremos lo suficiente la capacidad instrumental a las 6 cuerdas de nuestros músicos forales de la escena local, pero contamos con auténticos fuera de serie como William, Juan Gumuzio o Gonzalo Portugal a la vuelta de la esquina sin necesidad de endiosar a estrellas del rock internacionales que llenan estadios a precio de oro.

William sabe como pocos sacar fuego a la guitarra. Esa guitarra que por momentos parecía una motosierra arrancada arrasando con todo a su alrededor.

Sería injusto no alabar también la parte de culpa que tienen en todo esto tanto Kokino Chamorro a la batería como Txemi Gándara a las cuatro cuerdas (el hombre de las mil caras en el escenario) que ponen de manifiesto durante todo el directo la magnífica compenetración que existe entre estos 3 colegas que la música unió, esperemos que para siempre.

Claros ejemplos de ello pudimos disfrutarlos en «Juice«, «What should i´ve done«, «Wait a minute«, «Say my name» o «Bon» (dedicada a Jon Franco) junto a la nostálgica a la vez que brillante y positiva «The rain«, el himno «Cold» y la emotiva «Magic» que puso un nudo en la garganta de William que a duras penas consiguió deshacer antes de entonar las primeras estrofas.

Un breve paso por camerinos para cerrar la noche por todo la alto con el boogie de «Let me Go» dedicada a la asociación ‘Dale candela’ y para la cual se compuso este tema, y que contó con la inestimable ayuda del público en los coros.

Y si «Let me go» puso al público a corear, una sorpresa que no estaba en el guión «Rock and Roll Girls» de John Fogerty, puso a todos a bailar y especialmente al público femenino que no titubeó en comenzar a llenar el escenario del Kafe Antzokia en una imagen ya icónica que quedará sin duda para la posteridad.

Grandioso prolegómeno del cierre final de fiesta, a manos del himno «Not my kind» con los archiconocidos coros festivaleros que retumbaban en un Kafe Antzokia exultante.

Sin duda una gran noche que mereció la pena haber tenido que esperar casi un año para disfrutarla en casa, en forma de maravilloso regalo de reyes para los amamantes del rock & roll.

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