Tras gozarla en la primera jornada del Lunacy Sessions con los conciertos de Helsinki 101, Bones of Minerva y Dool, tocaba regresar a la Groove donde en la entrada a la misma se registraba y se palpaba un soberano ambiente que adelantaba que iba a ser otra noche mágica de metal pesado y contundente. Siendo los protagonistas en esta segunda embestida, los locales Crownledge, los italianos Messa y los escoceses Dvne.
Tras volver a saludar a conocidos y compañeros de otros medios, nos aventuramos a visualizar el experimental show que ofrecieron los Crownledge, presentando su obra ‘Ashes Of The Black Easter‘, y que nos llevaron a un viaje sideral y muy alucinógeno, que dejó a más de uno descolado. Ya que su enrevesada, y a la vez atractiva propuesta sonora, no estaba dirigido para el público más complaciente. Sino todo lo contrario, sus extraños cortes iban dirigidos al público con mente abierta y sin ningún perjuicio a la hora de estilos musicales.
Ofrecieron un concierto plagado de tomas eternamente extensas desarrolladas con guitarra, bajo, teclados y batería cargadas de post rock, post punk y psychedelic rock, que fueron acompañadas algunas de ellas por alaridos por parte de Ian Manson, un inquieto artista metido en varios proyectos reconocidos en la escena underground vizcaína y estatal. Junto a un concentrado Alex Atienza en la guitarra y un David Rodriguez en la batería ataviado con unas cadenas cruzadas en el cuerpo. Y que sirvió principalmente para calentar el ambiente ante una sala rozando el lleno.
Tras los oportunos cambios de instrumentos, llegaba la hora de ver el concierto de los italianos Messa. Que a través de sus intensas y extensas composiciones de doom con toques de stoner y prog complacieron con creces al personal presente que disfrutó plenamente de su impecable e hipnótico directo, el cual y tal como viene siendo de costumbre en la Groove, gozó de un sonido cristalino y potente.
Donde se pudo comprobar que la vocalista Sara no andaba en su mejor estado de forma ya que pudimos apreciar que parecía algo resfriada o congestionada. Pero a pesar de ese inconveniente, demostró ser una buena artista y cumplió con creces su cometido. Y que junto al resto de sus tres compañeros nos deleitaron con cortes de sus tres discos, ‘Belfry’ (2016), ‘Feast For Water’ (2018) y ‘Close’ (2022). Algunos de ellos muy cercanos a sonidos influenciados a Black Sabbath y Led Zeppelin, por poner dos grandes ejemplos.
Para después finalizar el evento de Lunacy Sessions con los cabezas de cartel, los británicos Dvne. Que con su rotundo y demoledor directo nos dejaron netamente noqueados, ya que al igual que en la jornada anterior con Dool, nos dieron una buena muestra de toda su destreza e implicación encima de un escenario. Una soberana entrega que muy pocas bandas poseen, y eso es de todo agradecer ya que con su impecable puesta en escena, lograron contagiarnos con sus pesadas melodías, para volver a mover las cervicales, las cuales estaban algo perjudicadas por lo disfrutado el día anterior.
Un show capitaneado por ambos guitarristas que junto a sus endiabladas voces guturales en su mayoría, fueron los directores de orquesta. No sin olvidar, y con mención destacada a nivel personal, la tremenda pegada que atesora el batería, el cual me estuve fijando en su destreza dejándome del todo boquiabierto. Y por último y no menos importantes, la figura del bajista en el centro del escenario, que desplegó en un metro de radio, todo su arsenal a las cuatro cuerdas, y la del teclista que en un oscuro y segundo plano aportó las melodías necesarias que requieren dichos temas. Ofreciéndonos entre todos ellos, un denso concierto donde interpretaron algunos cortes que contienen sus obras ‘Asheran’ (2017) y ‘Etemen Ænka’ (2021).
Dando así por finalizado una primera edición del Lunacy Sessions, que se recordará con el paso del tiempo como un enorme mini festival, y que unos pocos fuimos los afortunados y testigos de su ejecución. Que prácticamente no tuvo notas negativas, salvo algunos pequeños retrasos en los horarios, consiguiendo que el esfuerzo protagonizado por todo el personal implicado haya valido la pena, ya que y quizás lo más importante, los cimientos del Lunacy Sessions están rotundamente más que asentados.