El nuevo y reciente “Hotel Morgan” hace alusión a una especie de nuevo hogar. Tal es así que la antigua casa que aparece en la chula portada no tiene aspecto alguno de hotel, a no ser que sea una perdida casa rural por el campo. Volver a ellos con un cuarto disco tan bueno y especie de compendio de lo que viene siendo su trayectoria de más de una década. Eso sí, apreciamos, para nuestra fortuna y gusto, que cada vez tienen más peso sus canciones cantadas en castellano y eso para nosotros no deja de ser una buena noticia, aunque algunas de nuestras canciones favoritas de ellos sigan estando en inglés.
La otra estupenda noticia es que están inmersos ya en una nueva y extensa gira por toda España que les traerá de nuevo a casa, a Bilbao, el día 26 de abril en un espacio tan genial como es el Palacio Euskalduna. Yo que tú entraba ya en su web, www.wearemorgan.com, para conseguir tus entradas cuando pasen por tu ciudad y, de paso, para hacerte con tu elegante copia en vinilo rosa que también trae compacto y versión digital de regalo. La verdad es que cuidan como pocos (ayudados por la trabajadora gente de Cultura Rock) las ediciones en formato físico y de hecho había gente que lo tenía reservado hace meses y que, por eso, pudo es cucharlo ya el pasado año antes de tener las esperadas ediciones físicas ahora. ¡Pero ellos son así… y lo han sido desde que comenzaron y tienen toda la pinta que seguirán siendo de esta manera…! Además, en sus siempre excelentes directos saben amoldarse al ambiente rockero de festivales como el Azkena Rock, a pequeñas salas o lujosos teatros y escenarios como el citado Euskalduna.
Pero ahora entremos ya en su hogareño acogedor hotel y disfrutemos de sus preciosas y muy variadas canciones. Se fueron a grabarlo a Noruega con la buena producción de Martín García Duque. Nos vuelven a traer su soul y su sensible pop de siempre, pero también destellos de rock duro setentero, algo de rhythm and blues y hasta blues casi puro. Comienzan con una preciosidad pop solo con la voz de Nina, el piano, más algunos sintes, y los cuidados coros que se repiten a lo largo de casi todo el disco. De hecho en esta cuidada faceta coral tenemos a toda la banda, pero también al gran Germán Salto o a un Willie Planas que también toca bajo y guitarra en algún momento. Siguen con la guapa melodía de ‘Cruel’ con sus cuidadas guitarras y especial mención para la slide de Paco. Se acercan más a su particular sentido del soul en una ‘Error 406’ en la que ya se pasan al inglés. ‘El Jimador’ vuelve a brillar en sus cuidadas voces con el pletórico bajo de Willie al frente y con aires hasta a los Fleetwood Mac y punteos casi en la estela de Peter Green. Siguen con una bomba total como ‘Radio’ que, mientras sintonizan todo lo que les gusta, pasas por momentos épicos al estilo de The Who para acabar en forma de balada total y desgarradora. Dicen que es su tema favorito del disco y nosotros no podemos más que darles la razón.
Giran el dial y se van a ‘1838’ en un gran medio tiempo pop que puede gustar a los fans de Stevie Nicks o Adele, pero también a los de Laura Nyro o Joni Mitchell. Nuevo giro brusco sintonizando nuevas experiencias con el blues rural ‘Arena’ con la sentida voz de Nina y una guitarra que suena a las antiguas de palo en el Delta. Vuelven a quemarse en su ‘Pyra’ con otra preciosa melodía y un poderoso estribillo entre épico y nostálgico. La guitarra de Paco tiene momentos cercanos a Mark Knopfler y unas partes lentas realmente mágicas acompañadas de otros buenos y mutantes punteos. ‘Jon & Julia’ es un precioso lento con aires sixties y buena voz de Paco. Brilla el Hammond de “Chuches” (sus múltiples teclados, en general, en todo el disco, también). En ‘Altar’ tienen la colaboración estelar del disco. Ni más ni menos que un solo de guitarra del gran Steve Hunter (Lou Reed, Peter Gabriel, Alice Cooper). Claro que fue profesor de guitarra de Paco y realmente se implicó en el tema y se preocupó en saber sobre qué trataba la letra y demás detalles. De nuevo, buenos aires al rock de los 70 y otro gran estribillo con la voz de Nina brillando con su poderío y clase habituales. Hermoso cierre con otro gran estribillo y sentidos coros en ‘Final’. Un precioso tema, aunque inesperada y muy tristemente, corta. Destacar también a lo largo del trabajo los cuidados arreglos de cuerda con una sección que incluye hasta 6 violines y 2 violas. ¿Quién no se va a querer acoger en su hogareño hotel?