Ramoncín: arañando en Bilbao

Ramoncín: arañando en Bilbao

Alguien dijo una vez que ‘a una estrella del rock se la define por la cantidad de enemigos que tiene‘. Ramoncín tiene muchos y, la mayoría, por motivos ajenos a sus canciones y conciertos. El artista madrileño a sus 68 años lleva, desde sus inicios, sin dejar a nadie indiferente. Eso, sin duda, es buena señal. El pasado viernes 23 de febrero actuó en Bilbao dentro de la gira con la que celebra 45 años sobre los escenarios. La Sala Stage Live fue el punto de encuentro con José Ramón Julio Márquez Martínez, nombre que se esconde detrás del artístico. Hacía mucho que no tocaba en el Botxo, así que la expectación era máxima. Eso se reflejó en el “no hay entradas” que se colgó en taquilla un par de días antes. Algo más de cuatrocientas entregadas almas (algunas, como yo, era la primera vez que le veíamos en directo) disfrutaron durante dos horas de veintiuna canciones que se han convertido, pese a quien le pese, en auténticos himnos del rock urbano estatal.

Con un mínimo retraso salió Ramoncín a un escenario que se quedaba pequeño para acoger a los siete miembros de una magnífica banda. En algunos momentos pudimos contar hasta cuatro guitarras (cuatro oigan), bajo, teclado y batería. En alguna ocasión ha explicado el artista que no se puede vivir del pasado, aunque tampoco hay que perderlo de vista. Por ello, todos los temas que sonaron lo hicieron con la misma esencia de cuando fueron compuestas, pero mejoradas con sutiles arreglos (como los que da el teclado con ese sonido de suave Hammond).

Con todos estos ingredientes el rockero hizo un recorrido por su larguísima trayectoria y demostró que la energía de sus inicios se mantiene intacta; en buena forma física y con una voz potente. A pesar de las estrecheces se movió por todo el escenario e incluso se bajó al foso. Esto último mientras sonaba “Como un susurro” un tema que fue muy coreado. Abrió con “No volverán a volar”, un tema que formará parte de su nuevo disco y que va dedicada a las mujeres maltratadas. No fue la única canción que versaba sobre esta lacra social; sonó también “La chica de la puerta 16”, que compuso a la limón con el añorado Pepe Risi. Era 1984 y ya trataban el tema del maltrato a la mujer. Larga y profunda sonó “Miedo a soñar” y los pelos de punta con “Putney brigde” (una de mis canciones favoritas). Además de la anterior, otra muy coreada fue “El Chuli” y si de guitarrera hay que destacar una, es podía ser “¡Hola muñeca!”.

El sonido fue de lujo y eso que el técnico tuvo que estar a la mesa y a algún poco acostumbrado a conciertos que le dio la noche. “Canciones desnudas” sonó muy blusera. “Rock and roll duduá” y “La cita” nos devolvieron a sonidos más rockeros y clásicos.  “Barriobajero” (canción que da nombre a ese gran disco grabado en 1979 y en el que el artista se adentró en sonidos mas cercanos al blues) también revolucionó al respetable que no perdía detalle del escenario y, por una vez, no se entretenía con los móviles, algo de agradecer y que, de hecho, el propio artista agradeció. Muchos esperábamos “Marica de terciopelo” y “Angel de cuero” pero al final no sonaron. Faltaron dos más que también estaban en el set list. Ramoncín suele dar conciertos de más de dos horas, pero el viernes nos tuvimos que conformar con dos por cuestiones de horarios. Una pena.

Otra que nos gustó mucho fue “Reina de la noche” y otra muy coreada fue “Estamos desesperados”. Fueron continuos los guiños a su relación con estas tierras y sus gentes. Contó la anécdota de su primera vez en Bilbao cuando vino a tocar para un colectivo anarquista y fue boicoteado por ‘un hijo de puta de los 40 principales‘. También recordó el concierto que se grabó en Portugalete. En dos ocasiones deseó que este año sacáramos la Gabarra y saludó a su amigo Rafa Alkorta que estaba presente. En la parte final disfrutamos de otro clásico como “Al límite”.

Para cerrar no podía faltar otra que no fuera “Hormigón, mujeres y alcohol” y que todo el mundo conoce por “Litros de alcohol”. Y como volviendo a los años 80 en aquel concierto grabado, interpretó la introducción en euskera. Todo un detalle. Cada uno podrá tener su opinión sobre Ramoncín y su música, pero la calidad del espectáculo que ofrece sobre el escenario es incuestionable. Prometió al inicio del concierto que íbamos a ver una verdadera banda de rock y, sin duda, así fue.

  • Fotografías cedidas por David Mars de la web DeRuting
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