Los japoneses son de por sí minuciosos, rápidos, detallistas, simpáticos y perfectos. Ayer, The Neatbeats, la banda de Rhythm & Beat originaria de Osaka, lo demostró en el concierto que ofreció en el Crazy Horse de Bilbao. Un servidor no quiso perderse la cita porque, por un lado, las referencias eran inmejorables y, por otro, porque mi imagen del rock en Japón se basaba en el grupo de rockabillys que cada domingo por la tarde se convierten en los auténticos reyes del parque Yoyogi de Tokio gracias a sus tupés y a sus bailes.
El cuarteto formado por Takashi Manabe (guitarra), Kazuya Tosa (guitarra), Takumi Nakamura (batería) y Dai Ura (bajo) demostró su inmensa capacidad como instrumentistas, algo que les hace poder tocar diferentes estilos. Pasaron del beat más contagioso al twist and roll más salvaje. En algo más de una hora tocaron veintidós temas sin pausa y con un buen sonido. A destacar el batería que lo dio todo hasta el punto de romperla. Nada hizo que perdieran ni la compostura rockera ni la estética beatleniana: entallados trajes, chaleco, corbata, camisa blanca y botines. Se desmarcan de los de Liverpool por su pelo engominado y algún que otro tupé imposible.
Se lo trabajaron mucho con un repertorio en el que incluyeron covers como «Livin’ lovin wreck» de Jerry Lee Lewis con la que arrancaron, el «Black is black» de Los Bravos, el «You can`t judge a book by the cover» de Bo Diddley o el genial «Keep a-Knockin'» de Little Richard. Como me comentó Rubén de Under Cover Producciones, pasaban del inglés al japonés y, la verdad, no chocaba para nada al oído. Lógicamente, los títulos de los temas que interpretaron es su idioma materno nos vemos capaces de reproducirlos (ahí os dejo la foto del set list). Por si fuera poco, los cuatro cantan y apuntan con los mástiles al cielo o ametrallan al público al estilo de Wilko Johnson.
Todo no fueron covers. También tocaron temas suyos como «Twistin’ time with you», «Baby pet’s get shake» o «Shakin´ The Night». Nos gustaron con el «Hamburg twist» de The Beatles y Tony Sheridan. Cerraron con «What’d I Say» de Ray Charles por todo lo alto y con la complicidad del entregado respetable.
Un directo divertido y arrollador desde el primer momento. Se ganan al público al instante, rápidos y efectivos, algo que se agradece. The Neatbeats son, sin duda, una máquina perfecta made in Osaka.