Mirar en retrospectiva la obra ofrecida por Rubia, proyecto tutelado por Sara Íñiguez, significa enfrentarse a una diversa colección de formas de encarar los sonidos del rock clásico. Un recorrido tan firmemente abrazado a tal concepto como libre en su manera de canalizarlo. Por eso, que en su quinto trabajo, “Only for Lovers”, nos crucemos con un ambiente empapado de texturas psicodélicas, dejando casi totalmente olvidado cualquier acercamiento a un contexto “americano” o de raíz negra, no es nada sorprendente. Igual que tampoco lo es a estas alturas que el resultado obtenido, sujeto bajo una densa y detallista instrumentación, signifique un absorbente e intenso paisaje de ensoñación por el que se filtra todo un juego de realidades y ficciones. Alicientes más que sobrados para ponernos en contacto con su autora y zambullirnos en el muy especial aroma que desprenden estas composiciones…
«Only for Lovers» es el título de tu nuevo disco, ¿cuánto de pasional, y en qué sentidos, tiene verdaderamente este álbum?
Este trabajo, si ya conocéis a Rubia, lo tiene todo de pasional. Es la pasión lo que nos mueve a hacer los discos. Pero no solamente en el sentido del esfuerzo que se necesita para llevar a cabo un proyecto musical hoy en día, sino que los contenidos de las melodías y las letras están creados para que sirvan como vehículos de acceso al corazón y al espíritu de quien lo escuche. Y no espíritu en el sentido religioso, sino en el más amplio sentido de la pasión por el amor y la vida. En este caso, “Lovers” se refiere a esa gente que ama y une, y no separa, a los que van más allá de lo aparente y no se quedan en la superficie o en lo primero que ven; a los que cavan hondo dentro de sí mismos y tienen vidas con significado. A aquellos que quieren ser de verdad y hacen de este mundo un lugar más bello y con más significado.
Hacer un mundo sin mentiras no parece tarea fácil, a cuento del tema «The Land of Lie»…
(Risas) Cómo nos gusta barrer la casa del vecino… El asunto no está en que cambie el mundo, la pregunta sería más bien: ¿Todavía hay esperanza para creer que pueda llegar un día en el que yo no diga ni una mentira más?”
Cuando pensamos en mentiras siempre vamos a lo más patente; has estado en Madrid de juerga y en el curro dices que has estado en Segovia en el funeral de tu tía. O mentir a tu novia, o ese tipo de situaciones. Pero hay tantas mentiras que lo hacen todo tan incómodo…decir que no puedes cuando en realidad no quieres, decir “te amo” cuando en realidad necesitas a esa persona para sentirte algo menos miserable, decir “no creo en eso” cuando en realidad te aterra lo nuevo que “eso” puede traerte…Y todo el asunto de fingir. Fingir mil personajes que no somos. Esas máscaras pomposas y falsísimas que lo hacen todo como un circo pero sin gracia. Esa corrección política que me da urticaria. Hay mucho curro como para andar fijándose en “el mundo”. Lo digo por mi.
Musicalmente éste es un disco que gira claramente alrededor de un sonido de rock psicodélico, ¿fue premeditado ese acercamiento?
Si, hubo una voluntad clara por llevar este quinto álbum hacia un sonido más europeo y barroco…
Uno que se aleja casi por completo de ese tono americano de raíces, de los matices negros.. Ese cambio de camino, ¿es la consecuencia de buscar no saturarse de hacer lo mismo, resultado de lo que se escucha en ese momento o simplemente surge de manera espontánea?
Es consecuencia de todo lo que has mencionado. No me gusta mucho adherirme a un estilo concreto cuando existen tantos que me gustan. Además, cuando he hecho algo, o un trabajo terminado y coherente en un sonido concreto, me gusta poder ofrecer al público diferentes matices en otro disco. No olvidemos que por encima de este o aquel estilo, está el sello propio de Rubia, que lo abarca todo, pero, esto creo que les pasa a todos los autores, en cada año o cada época de la vida de ese autor hay unas características emocionales y mentales distintas que inevitablemente te han de llevar a un cambio. Si un artista hace discos iguales siempre, huye, ¡puede que sea un robot!
Sueles contar con diversos y diferentes músicos en cada uno de tus discos, en el actual el sonido alcanzado es realmente contundente y rocoso, ¿dirías que esta vez es lo más cerca que te has sentido de haber conformado una banda?
Bueno, no sé…lo que más cerca me he sentido no sé, pero indudablemente en este disco la banda es sumamente importante. Es una pregunta que me estáis haciendo todos, ¡así que tomo eso como señal de que se nota mucho!
¿Y hasta qué punto la canciones que piensas toman diferentes caminos según la presencia de los músicos con los que cuentes en ese momento determinado, eres permeable a su influencia?
Las canciones que pienso sí que pueden tomar diferentes caminos según los músicos que tenga. Sé que no es algo super premeditado pero es inevitable. Hay que sacar partido a las joyas de músicos que me rodean. Lo de mi permeabilidad habría que preguntárselo a ellos…(Risas)… qué mal suena todo esto, pero creo que sí, algo permeable creo que sí soy.
El instrumento que más te gusta y en el que te sueles desenvolver es el piano, y curiosamente este un trabajo con mucha presencia de la guitarra, ¿cómo ha sido ese proceso de darle prioridad a un instrumento del que no te encargas?
Pues muchas veces para componer he pensado en riffs de guitarra que he intentado plasmar con las teclas del piano, o canturreando…otras partes las ha creado Adrián directamente, tras yo explicarle lo que quería.
También destaca en el disco importante cuidado en los arreglos musicales, ¿eres especialmente perfeccionista en ese sentido?
Por lo que dicen sí, pero es natural, porque la música que más me gusta es precisamente la que posee ese tipo de arreglos, música que saca lo mejor de ti, música que te hace más inteligente, que crea unas conexiones en tus neuronas que te hacen volar, imaginar más alto, o incluso curarte.
Escuchando algunas de tus canciones, por ejemplo «Shadows in My Room», me ha venido a la mente esa frase de Maria Zambrano en la que decía que hay que escribir sobre lo que no puede decirse, aquello más íntimo y secreto que no se suele verbalizar, ¿hay en este disco esa idea por plasmar e intentar de alguna manera «abordar» esas sombras más ocultas?
Las sombras son nuestro tesoro. Ya sé que en general todo el mundo huye de ellas, porque resulta incómodo, y porque no es algo muy popular. No es muy guay decir en Facebook “hoy me muero de envidia”, o “siento que soy una mierda”, o “me siento abandonada”, ¿verdad? Huimos de las sombras porque no son cómodas. Pero ahí es donde se encuentra el quid de la cuestión, en poder entrar en esas sombras y sacar de ellas algo que es exclusivamente tuyo y de nadie más. Habría que referirse aquí al tesoro que tan celosamente guarda el dragón dentro de la cueva.
Todo el disco contiene un ambiente evocador, de ensoñación, incluso en los propios textos, no sé si es algo a lo que ha conducido el sentido musical de las canciones o era un tono que tenías pensado adoptar…
No suelo pensar mucho en ese sentido, suelo dejarme llevar por el momento, y no domino tanto a mis canciones como podría parecer. Es como los hijos. Vienen a través de ti, pero cada uno es como es.
Tus títulos de discos a veces suelen ofrecer una idea que engloba el concepto que contiene el álbum, ¿cómo sucede ese “bautismo”?
Normalmente nacen las canciones y cuando tengo el grupito, las pregunto cómo se quieren llamar. Mis canciones hablan por los codos. Solo tengo que preguntarlas…
El disco ha contado con el apoyo de una campaña de crowdfunding, ¿ves este tipo de alternativas solo como una forma de suplir una casi inexistente industria musical o más como una oportunidad de entablar relaciones e involucrar al público que de otra forma no se podía hacer?
El crowdfunding es un experimento muy interesante de hacer y mucha gente se revuelve. Lo digo porque me lo comentan. Otras personas se alegra muchísimo de que les des la oportunidad de participar contigo en el proyecto. El disco lo iban a comprar igual, y de esta forma lo hacen contigo, de la mano. Saben que te están ayudando y que quieren el puñetero disco, entonces está genial. Se lo mandas a casa firmado y todo el mundo encantado. Otros se agobian quizá porque creen que están en la obligación o algo parecido. Pero es que los crowdfunding de Rubia no son para la gente que no quiere el disco. No va por ahí. Normalmente lo completamos sin problema con los que lo quieren, así que que nadie se tiene que dar por aludido. Es un mundo libre…O no tanto….¿no?