Foto: Unai Endemaño
Sorprendente concierto el que pudimos disfrutar el pasado domingo en el Teatro Arriaga. Y es que creo que todos íbamos con ciertas reticencias o dudas sobre lo que nos íbamos a encontrar ya que, en principio, un recinto de este tipo no parecía el escenario ideal para ver al grupo heavy euskaldun por excelencia.
Pero todas las dudas se disiparon cuando sonaron los primeros acordes de ‘Zoramena’ , uno de los temas incluidos en el último disco de la banda de Eibar, “Maitasunari pasioa”, cuyo tono relajado y más acústico les ha servido como excusa perfecta para embarcarse en esta peculiar gira por teatros.
La cuestión es que, desde el primer tema, vimos que el sonido del Arriaga era perfecto para este tipo de canciones más tranquilas aunque, como podremos ver más adelante, tampoco pasa nada por meter un poco de leña en un teatro.
Como decíamos, esta primera parte del concierto transcurrió entre las nuevas composiciones de la banda y otras del mismo tono incluidas en trabajos anteriores como “Zain, zure zain”, “Bere hitzen faltan” o “Zure argia”, canciones engañosas porque, aunque tienen una base casi acústica, en casi todas acaba saliendo el poso metalero y guitarrero de la banda.
Su Ta Gar demostraron, como es habitual, que son unos auténticos virtuosos, empezando por Aitor Gorosabel, que a lo largo del bolo tocó la guitarra eléctrica, la guitarra acústica, los teclados y el piano, perfectamente secundado por Xabi Bastida a las guitarras y el joven Igor Díez al bajo y la fuerza de Galder Arrillaga a la batería.
Así fue pasando el concierto entre canciones más o menos tranquilas y entre palabras de agradecimiento de Aitor al público hasta que, tras ejecutar perfectamente la instrumental ‘Eskutitza‘, perteneciente al disco “Munstro Hilak” (1993), algo cambió en el teatro con el recuerdo que el cantante tuvo para Borxa Arrillaga, primer batería de la banda. A partir de ahí y tras entonar ‘Zuloaren zuloan‘, de “Sentimenak jarraituz”(1996), que en el original canta el propio Borxa, y la agridulce ‘Zure albotik urrun banago‘, parecía que el ambiente se tornaba más melancólico. Pero los de Eibar no dejaron que la gente se vinieran abajo y tiraron de nostalgia con temas antiguos como ‘Gautxori‘ y, sobre todo, ‘Zure aurrean makurtzen naiz‘, con el que la gente se levantó por primera vez de sus asientos para volver a tomar asiento con ‘Sumendia sutan‘, que ponía fin a esta primera parte del concierto.
Para el primer bis, la banda nos tenía reservada una sorpresa y, cuando se levantó de nuevo el telón, salió a escena Aitor sentado al piano para hacer una reinterpretación de su propia versión del ‘Haika mutil‘ de Mikel Laboa, seguida de la adaptación acústica de ‘Erresistenziara kondenatuak‘ incluida en el último trabajo de la banda. Después de este pequeño descanso, volvieron al escenario el resto de la banda para poner el broche con dos de las canciones más míticas de Su Ta Gar, como son ‘Itxaropena‘ y ‘Jo ta ke‘.
Pero esto todavía no había acabado ya que todavía quedaba la traca final con un último bis que incluyó ‘Hitz margotuak‘, ‘Mari‘ y ‘Gau iluna amaitu da’, con la que acostumbran a cerrar los conciertos en los últimos tiempos, y esta no iba a ser una excepción.
Así terminaban casi dos horas mágicas, que nos parecieron un suspiro, y en las que la banda supo plasmar perfectamente lo que es el sonido de su último trabajo pero también supieron tocar en cada momento la tecla adecuada para que los fans de toda la vida entendieran por qué estaban viendo a Su Ta Gar en un teatro.
Gran demostración de fuerza y poderío de una de las bandas más influyentes en el rock vasco de los últimos 25 años, dando argumentos de sobra para justificar por qué después de casi tres décadas de carrera, aún siguen al pie del cañón y, como pudimos ver el domingo, con muchas cosas que decir todavía.
