The Surfing Magazines (Kafe Antzokia – 24/01/2017): Revista anti-bongo

The Surfing Magazines (Kafe Antzokia – 24/01/2017): Revista anti-bongo

La caja negra (y mágica) del Antzoki espera una oleada de surf londinense, y mientras los Surfing Magazines echan un pitillo fuera, el exiguo público se entretiene con un insuperable truco de magia: pintxos gratis. The Surfing Magazines es un curioso injerto de The Wave Pictures (David Tattersall, voz y guitarra; Franic Rozycki, bajo) y Slow Club (Charles Watson, voz y guitarra rítmica), más el baterista –y también resuelto cantante- Dominic Brider.

El cuarteto abandera el “anti-bongo pop” (sic) y despotrica de la fastuosidad pijindie que llena estadios. Así, sin tapujos ni más parafernalia, calientan motores con versiones -una melosa “You Ain’t Going Nowhere” (Dylan/TheByrds) y la infantiloide “I’m A Little Airplane” (Jonathan Richman)-; antes de entrar en faena con su debut homónimo. Un álbum, por cierto, bello -en su sentido más amplio y completo-.

Con apariencia de querubín travieso, Tattersall saluda al público e introduce “Lines and Shadows”, un tema que comienza casi al desnudo, con la voz lo-fi de Watson, para ir vistiéndose con elegancia, capa a capa, con ese pegadizo y taladrador “sometimes you drive me crazy…”. Se echan de menos empero los vientos que le dan su toque jazzístico en el álbum (donde también se les va la olla al término de la canción). Suplen esa jam session final con un festín entre guitarras y fluida batería; del que el bajista, con gafas de sol, se desmarca para montarse su propia fiesta.

Tattersall, compositor de la mayoría de los temas que hoy presentan, canta con cierto deje del antedicho y siempre venerado Richman en “You Could Never Come To Me Too Soon”. Melodía con tintes funky-bailables.El batería se luce a la voz con un blues exquisito, nada menos que “Vampire Blues” de Neil Young. Brider se da cierto aire entre Scott Walker y Jack Lee. SmoothFusionan este blues canalla y sanguinolento con el R&B de “Goose Feather Bed”, donde se echa en falta también la (casi) siempre oportuna armónica.

Invocan el sueño de una noche de verano en “Summer”. Cálida y melancólica en su justa medida, es una balada que reza: “Si no parpadeas pronto, tus ojos van a explotar”, sin perder un ápice de dulzura ni delicadeza. Siguen con sus aires románticos en ¿una interpretación libre? de “Silver Bracelets”, de Gene Pitney, pues ellos tienen “tantos hits” como el cantante norteamericano, bromean.

Sus particulares hits se componen de pequeñas ironías y medianas borracheras, así como de terapias de cigarrillos –de las que ya nos hablaron The Wave Pictures en su visita al mismo escenario hace exactamente un año-. Todo ello aderezado con coros cómplices y veladamente gamberros. De hecho, al presenciar el concierto y sobre todo al escuchar el álbum de esta revista surfera, se percibe un sonido The Wave Pictures depurado, más sólido y limpio en melodías y menos garajero. Watson canta (y firma) “Voices Carry Through The Mist”, con claras reminiscencias a Neil Young.

Momento fraternal el que comparten los cantantes, antes de iniciar lo que será sin duda lo mejor del bolo (según fuentes oficiosas no contrastadas): “Sawdust In My Eyes” es el primer tema que compusieron y cantan a dúo. En el álbum no deja de ser una digna intro, pero en directo adquiere una melancolía hipnótica y solemne, tan sugerente como perturbadora.

Tema instrumental en homenaje a The Shadows con “A Fran Escaped”, que incluye un ridículo bailecito, el cual han ensayado mucho, aseguran con sorna. Elegante “Orange and Blue”, cuyo peso vocal y rítmico recae en el batería, mientras el bajista decide bajar a pie de pista y contemplar a la banda desde la perspectiva del público. Se despiden con R&B marca Dr. Feelgood (Wilko Johnson, para ser más exactos) y la coral y almibarada “One Of These Days”.

Nos sabe a poco la escasa hora y veinte minutos, y regresan para los bises con el surf instrumental y evocador de “Peeping Dom” y el optimismo guitarrero de “New Day”. Dejan buen sabor de boca y desaparecen con la misma sencillez con la que vinieron. El bajista se encarga de vender discos y camisetas, y se disculpa ante los compradores que preguntan por el resto de la banda. “Estarán fumando y haciendo sus cosas”. Nos les encontramos en la entrada del Antzoki, dándole a la terapia de cigarrillos, afables. The real thing. Una noche agridulce sin embargo, pues despedimos a Mark E. Smith, poeta del caos y sabio gruñón: “Si soy yo y tu abuela a los bongos, es The Fall”.

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