“La Vida Que Amo” no es “Un Homenaje A Rafael Berrio”. Es “El Homenaje A Rafael Berrio”, es “Rafael Berrio”, es amor y es sinceridad, es devoción, amistad y lealtad. Es poesía y música emocional. Es pureza y es una colección de fascinantes canciones que han pasado a la posteridad para muchos de los que siempre admiramos a Berrio. Yo le descubrí en el 80 con el debut en formato de maxi-single con los UHF que salió a la vez que los de Mogollón y Puskarra, los tres combos más significativos del llamado Donosti Sound.
Tras aquello se acercó más al rock de su querido Lou Reed con los Alta Traición y con los Deriva, sacando dos discos con cada banda. A mediados de la primera década del nuevo milenio ya arrancó en solitario creando sus mejores discos y sus mejores canciones a lo largo de 4 discos. Discos tan importantes como “Paradojas”, “Diarios” o la gran despedida final con “Niño Futuro” que salió hace poco más de 3 años.
Hasta 5 temas de ese genial “Niño Futuro” están en este disco y eso que no está ese magnífico tema titular que bien pudiera haber entrado en la gran versión recitada que hicieron León Benavente. Un disco que viene con una excelente presentación y que incluye un gran libreto de 20 páginas con todas las letras de las canciones y con los buenos y emotivos textos de Eduardo Tébar, “Brinden, Borrachos Distinguidos” y de Jairo García, “Rafael Berrio, Las Paradojas de un Comediante”. Tébar dice que este disco es “una mueca de complicidad que parte de la sinceridad. Una obra elaborada de forma artesana”. Jairo García nos dice que “Las canciones de Rafael Berrio derrochan inteligencia, humor, ternura y elegancia. También amargura y tristeza, porque la lucidez –y la precariedad- lo habían llevado de forma natural hacia el pesimismo”. Berrio se autodefinía como un “Artista del hambre”.
El disco comienza con el mismo tema con el que abrió su “Niño Futuro”, ‘Dadme La Vida Que Amo’. La borda el gran Santi Campos con un inicio que no podía ser mejor. ¡Vaya canción y vaya versión! Buen dueto con Matilde Balboa y geniales teclados de un Raúl Bernal que es el principal músico coordinador de tan especial trabajo. También respalda a Mikel Erentxun en la más que correcta ‘La Misma Mujer Distinta’. Una de las cumbres es su amigo y fan Quique González en la preciosa ‘Considerando’. Muy buena la aparición femenina de Tulsa (y Raúl Bernal) en ‘Amanece’. De nuevo un lujo los solemnes teclados de Bernal. Otra cumbre aún más alta es la alcanzada por José Ignacio Lapido en la genial historia de ‘Abolir El Alma’. Me deja sin palabras. ¡Qué emoción, qué Hammond de Bernal y qué punteos! Sorprende la alegría de Jairo Martín en una letra no tan alegre como es la de ‘No Pienso Bajar Más Al Centro’. Fino Oyonarte hace amigos con ‘Simulacro’ que suena a puro Leonard Cohen con esos arpegios de guitarras, esa voz casi narrando y esos buenos coros femeninos. Tampoco podía faltar el otro Duncan Dhu (para los que Berrio compuso varias buenas canciones) y Diego Vasallo sale bien parado con ‘No Solo De Amor’, muy bien ayudado, una vez más, por Bernal, que además de sus teclados, está brillantísimo con ese acordeón arrabalero. Luis Arronte canta con devoción total su ‘Mi Álbum De Nubes Del Cielo’. El protagonismo para su voz y el piano de Bernal nos hace pensar en el mejor Nick Cave en solitario, aunque las guitarras de Tony Molina ponen notas casi a lo Ry Cooder. Toni Brunet rompe también su voz en una ‘Mis Ayeres Muertos’ en la que vuelve a sorprender Raúl, ahora con la solina, además del piano y las guitarras y el ritmo también más rock. El crescendo épico a partir de los 2 minutos junto al estribillo es realmente sublime. Las dos últimas cumbres del hermoso y emocionante disco son las de Chencho Fernández con esa magistral ‘Tu Nombre’, con letra de Iñaki Berrio y también del “Niño Futuro”. El cierre final lo tenía que poner el protagonista absoluto del disco, tras Rafael Berrio. Un Raúl Bernal que canta también muy bien ‘El Mundo Pende De Un Hilo’. Para Berrio su mundo ya partió ese hilo, pero siempre tendremos estas emocionantes y hermosas canciones para recordarle. ¡Uno de los mejores discos tributo u homenaje que haya escuchado jamás!